'Cherchez la femme'

Cuando Joseph Fouché (1759-1820), duque de Otranto, el todopoderoso ministro de la Policía de Napoleón, al que el gran corso admiraba y, al mismo tiempo, temía, recomendó a todas las prefecturas de Francia, que tenía bajo su férreo dominio, con la frase lapidaria de cherchez la femme (buscad la mujer) sabía muy bien, siendo experto en la introspección del ánima humana, en cuyo aprendizaje había consumido diez largos años de su vida pasados como clérigo y profesor en el seminario católico de los Oratorianos, que detrás de una conspiración política, maquinación subversiva o delito de cualquier género existía siempre la trama intrigante de la mano de una mujer.

Este genio tenebroso, tal y como le decribe, en su magnífica biografía, Stefan Zweig, es el ejemplar perfecto del político, es decir, un hombre absolutamente amoral, con todas las connotaciones que ello implicaba en la época en que el gran escritor austríaco publicó su obra (1929), la convulsa del siglo XX, con sus fantasmas, sus fascismos, sus socialismos extremistas, sus comunismos y sus abusos de poder.

También hoy día, en los albores del XXI, heredero del desenfrenado capitalismo de aquel siglo XX que acabamos de pasar, siempre cherchez la femme, de ambiciosa frialdad, detrás de todo presidente de un consejo de administración o de un administrador delegado.

Detrás de la frívolas vulgaridades que está caracterizando la campaña electoral europea en Italia, y cuyas noticias continúan acaparando las primeras planas y portadas de periódicos y revistas de medio mundo, idiotizado por un banal e infantilizado voyerismo, habría, también ¡y cómo no!, que cherchez la femme, que en este caso serían femmes, en plural, porque hay más de una. Detrás de Silvio Berlusconi, consejero delegado, ya que ha tomado la presidencia del Gobierno italiano como una más de sus numerosas empresas, que debe dirigir y llevar a buen término su gestión, con la inestimable ayuda de una oposición obsoleta de centro-izquierda (con más izquierda que centro), existen, al menos, tres señoras: la suya propia, la jovencita a la que llena de regalos y "paternales" atenciones y una política de la derechona de rompe y rasga.

La primera, Verónica Lario, "la ex soubrette ingrata", como la ha definido la prensa local, que descubriéndose, con suma y estudiada indiscrección, que ya no es propia por haberse concedido en préstamo, ya desde hace algún tiempo -parecer ser con sufrido conocimiento del marido-, a un fornido hombretón de casi dos metros de altura y de cuarenta y siete años, Alberto Orlandi, el "gorila" jefe del servicio de seguridad de Villa Macherio (en las afueras de Milán), la suntuosa mansión donde habita y goza de plácida vida, en suma la femme fatal de esta comedia de enredos; culpable, con sus comunicados a la prensa, declarando no aguantar más las presuntas correrías galantes de su esposo y pidiendo a voces el divorcio, de todo este pim-pam-pum prelectoral. El caso, triste o divertido, según se mire, es que el tal Alberto Orlandi es el hombre que Silvio Berlusconi propuso, como persona de total confianza e inquebrantable fidelidad, para cuidar de la seguridad de su egregia esposa, con el deber de vigilarla día y noche, por la calle, en sus paseos de shoping por las tiendas más exclusivas de Milán, en las caminatas por los amplios y largos senderos del jardín, árboles centenarios, rosas y flores, plantas exóticas, remanso de paz donde canta el ruiseñor. Y tan bien lo ha debido hacer que la señora Verónica, a sus cincuenta y tres a punto de cumplir y con un físico envidiable en su justa abundancia, le ha concedio sus gracias y con él "condivide proyectos, intereses y vacaciones" y, por supuesto, alcoba.

Este último entrecomillado tiene como autora a la segunda femme, la política de la derechona de rompe y rasga, la bella Daniela Santanché, que en las pasadas elecciones del 2008 se extrapoló de la Alianza Nacional, el partido del ex fascista Gianfranco Fini, hoy presidente de la Cámara de Diputados, fundando un nuevo y efímero partido con el que se presentó como candidata a la presidencia de Gobierno. Ahora forma frente común con el Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi.

Daniela Santanché, también con sus cuarenta y ocho años, recién cumplidos, continúa siendo una señora de espléndida presencia; sigue utilizando el apellido de su primer marido, un famoso médico especializado en cirugía estética, sin duda como homenaje de agradecimiento, visto el resultado con que ha ejercitado las técnicas restauradoras sobre su gentil anatomía. Actualmente, la bella Daniela tiene como compañero sentimental a un joven empresario farmaceútico al que lleva unos pocos años.

Daniela Santanché es, con unas largas declaraciones a la prensa cuya publicación ha sido imediatamente censurada por orden judicial, pero que puntualmente han encontrado sitio en internet, quien ha destapado la caja de todos los enredos de la señora Verónica con el jefe de su guardia personal.

Y ahora, convertida al "berlusconismo", es la máxima defensora del presidente del Gobierno. Ha echado por la ventana sus antiguas opiniones de aguerrida feminista, de cuando reprochaba a Berlusconi de ver a la mujer siempre en "posición horizontal", orgullosa ella de su "verticalidad". Parece, según declaraciones de misma Daniela Santanché, que en algún momento Silvio Berlusconi le tiró los tejos. "Nunca la he dado (la cosa) y nunca la daré por ambición o por medrar en política". Hay, por aquí, muchos partidarios de que "se la debe dar" a Berlusconi, aunque sólo sea por amor patrio. Yo, por mi parte, que sigo apasionado, como tantos millones de italianos soñadores, esta singular historia del beautiful people me uno a ese coro de estadio y grito "Daniela, dásela de una vez". Ya se verá.

La tercera femme, la "cándida" Noemí Letizia, continúa haciendo alarde de la inapreciable virtud de su virginidad. Ha desmentido de todas las formas posibles las declaraciones que Gino Flaminio, su antiguo novio, hizo al diario La Repubblica. El mismo Gino ha pedido público perdón por haber mentido a Noemi, a su familia, a Berlusconi y a todos los italianos. Ha anunciado que ha roto las relaciones con su último novio, Domenico Cozzolino, porque sin avisarla y con los momentos de crisis que está viviendo la familia, se ha presentado a una prueba para participar en el Gran Hermano y eso es una frivolidad, ¡qué caramba! Noemi Letizia hará carrera. Cherchez la femme. En este caso no hace falta ser un Fouché para adivinarlo.

Es muy posible que la candidatura que encabeza Silvio Berlusconi saque una ventaja de, al menos, quince puntos por encima de la oposición del centro-izquierda en las eleccciones europeas del próximo seis de este mes de junio. Por algo detrás de él, cada una a su estilo, tiene a tres señoras.

Javier Pérez Pellón