El curso político ha comenzado con intensidad en el Congreso de los Diputados, donde el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizaron un encendido cara a cara. Feijóo criticó duramente la gestión del Ejecutivo, llegando a comparar la “censura y persecución” que, según él, está llevando a cabo el Gobierno con la censura de la época del franquismo. Por su parte, Sánchez defendió la labor de su Gobierno y acusó al líder de la oposición de mantener una postura “avinagrada” que no refleja la realidad del país.
El debate comenzó con la intervención de Feijóo, quien, en primer lugar, arremetió contra el Plan de Acción por la Democracia presentado recientemente por el Gobierno. Un plan que, según el líder del PP, refleja la “concepción bananera del poder” que tienen los socialistas, acusando a Sánchez de orquestar una ofensiva contra jueces, periodistas y medios de comunicación desde el Palacio de La Moncloa. “No se veía una cosa así desde Franco”, afirmó Feijóo, sugiriendo que la supuesta “censura” y “persecución” hacia quienes critican al Gobierno recuerdan tiempos pasados.
En la misma línea, Feijóo acusó a Sánchez de haber lanzado una campaña desde la sede socialista en Ferraz para desacreditar a jueces y periodistas. Según el líder del PP, Sánchez sería “el gran jefe” de esta operación que supone una clara muestra de que el Gobierno “ha pasado de tener problemas con la verdad a tener problemas con quienes la cuentan”.
No obstante, el líder de la oposición no se detuvo ahí. Feijóo también cuestionó la reciente designación del exministro José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España, insinuando que este nombramiento responde más a la lealtad hacia el presidente que a criterios objetivos. Asimismo, criticó al Gobierno por “quitar recursos a la sanidad y educación de todos los españoles para financiar el cupo independentista” pactado con ERC y lo acusó de ser permisivo con el expresidente catalán Carles Puigdemont, a quien describió como un “huido de la justicia”.
Feijóo también aludió a los casos de corrupción que afectan al Ejecutivo, mencionando la situación que rodea a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez. A este respecto, el líder popular sugirió que estos escándalos permanecen abiertos mientras la legislatura “parece bastante cerrada” debido a las derrotas parlamentarias que ha sufrido el Gobierno, particularmente a manos de sus antiguos aliados de Junts.
La respuesta de Sánchez a Feijoó: defensa económica y crítica a la oposición
En su turno de réplica, Pedro Sánchez optó por centrarse en defender la gestión de su Gobierno, especialmente en materia económica. “Los datos nos avalan”, afirmó, destacando que el Banco de España “elevó las previsiones de crecimiento económico al 2,8% para este año” y que el Instituto Nacional de Estadística (INE) también revisó al alza las cifras de crecimiento correspondientes al año 2022. De este modo, el presidente reafirmó su confianza en los mercados y las instituciones europeas, señalando que España se encuentra en una senda de recuperación.
Sánchez también destacó el reciente nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, resaltando su designación al cargo como un logro significativo para España en el ámbito internacional. “España tiene una sociedad y un Gobierno optimista, y enfrente tenemos una oposición avinagrada”, lanzó Sánchez como crítica a la actitud del PP. Además, sugirió que las advertencias constantes de Feijóo sobre la supuesta desintegración del país no tienen fundamento.
Asimismo, el presidente aprovechó la ocasión para enviar un mensaje claro al líder de la oposición: “Quedan tres años de legislatura. Hay Gobierno para largo, así que abandone esa oposición avinagrada y arrime el hombro en el interés de España”, recalcó, aludiendo a la supuesta resistencia del PP a colaborar en asuntos clave para el país e instándoles a cambiar su enfoque y trabajar por el bien común.
El Congreso, más fragmentado que nunca
Ante la intervención de Sánchez, Feijóo replicó afirmando que, mientras el Gobierno centra sus esfuerzos en la censura y la persecución, el PP está proponiendo medidas para mejorar la vida de los ciudadanos. “Mientras usted persigue a los periodistas, yo propongo guarderías gratis. Y mientras usted plantea campañas contra los jueces, yo impulso una ley de la ELA”, aseveró el líder popular. Una estrategia que responde al reciente enfoque del PP, que ha optado por presentar propuestas transversales desde la oposición, aprovechando la actual fragilidad parlamentaria del Gobierno.
No obstante, el debate no se limitó al enfrentamiento directo entre Sánchez y Feijóo. También tuvo lugar una intervención significativa por parte del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien criticó al Gobierno por sus derrotas parlamentarias y alertó sobre la posible consolidación de Junts como un bloque de oposición junto a la derecha. Rufián acusó al Ejecutivo de perder votaciones cruciales y cuestionó la postura del Gobierno ante la “derecha y la ultraderecha” representadas por el PP, Vox y, según él, ahora también por Junts.
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, criticó al PP por no apoyar el Plan de Regeneración del Gobierno, afirmando que es una “gran contradicción” que el PP respalde ciertas medidas de regeneración en la Unión Europea mientras se opone a ellas en España. Sin embargo, Abascal expresó su claro rechazo hacia las políticas de Sánchez, señalando que sus acciones se alejan de la defensa de la soberanía y los intereses de los españoles.
Un primer cara a cara en el Congreso que puso de manifiesto la marcada tensión que rodea el inicio del curso político, pues, mientras Feijóo acusa al Gobierno de aplicar políticas autoritarias y realizar campañas de descrédito, Sánchez intenta reafirmar la estabilidad y el optimismo de su Ejecutivo en un contexto de absoluta incertidumbre política, donde la actitud de Junts apunta a un endurecimiento de su posición y, por tanto, a la imposibilidad del Gobierno de sacar adelante su agenda legislativa.
El Gobierno aprueba el Plan de Acción por la Democracia para garantizar la “transparencia” y combatir la “desinformación”