La derrota en el encuentro definitivo en el pabellón Boris Trajkovski, por un contundente 34-21, no empaña la gran labor del conjunto de Jorge Dueñas en una competición para el recuerdo, que arrancó con un esperanzador empate precisamente ante Noruega y cerró con una derrota a la postre demasiado amplia para el buen trabajo hecho durante la primera mitad.
Y es que España planteó dura batalla a las nórdicas en varias fases de la primera parte de la final, tanto que el sueño dorado pareció encontrar fundamento.
El buen comienzo de partido del equipo de Dueñas, liderado en ataque por Marta Mangué y Begoña Fernández, encontró la recompensa de una diferencia de tres goles con 3-6 y 5-8.
España defendía con poderío, amparada también en la buena labor bajo los palos de Micaela Ciobanu, y atacaba con precisión a un rival que no encontraba el juego dinámico que le ha hecho dominar el balonmano femenino mundial.
Pero un par de pérdidas de balón, acompañadas con las siguientes contras, despertó al gigante nórdico. Marit Breivik, la entrenadora noruega, empezaba a sonreír al ritmo de la remontada de su equipo, que se hizo con el mando con un parcial de 5-0 (10-8).
Dueñas solicitó un tiempo muerto para pedir a sus pupilas que tuvieran más movilidad en ataque para romper la defensa de las campeonas. Aunque lo pareció encontrar con un gol de Zornitza Koleva tan solo frenó en parte las acometidas de Noruega, que alcanzó el descanso con mínima ventaja de 13-12, el mismo resultado con el que se presentó al intermedio España frente a Alemania en la semifinal.
El sábado, como en otros partidos de este Europeo, la segunda mitad fue un festival español, pero en esta oportunidad no ocurrió lo mismo.
El ataque de las campeonas
Un parcial de 3-0 de salida fue el principio del fin para el sueño español (16-12) porque Noruega se lanzó en pos de su tercer título seguido sin compasión.
No tuvo ya el cuadro de Dueñas capacidad de reacción y sucumbió en todas las líneas ante un vendaval de balonmano. Las nórdicas festejaron contragolpe tras contragolpe y la diferencia se disparó en progresión geométrica.
España, hundida anímicamente a la vista de sus nulas opciones de pelear por la victoria, cometió innumerables errores en ataque y lo único que pudo hacer fue esperar a que terminara el festival de Noruega, cuyas jugadoras, con el triunfo asegurado, se dedicaron a buscar el preciosismo y a celebrar cada gol con la medalla colgada de antemano.
Perder, lógicamente, siempre deja mal sabor de boca, sobre todo cuando se cae con amplitud después de haber tenido dominado el partido, pero la selección femenina española sale de Macedonia reforzada, con un hito histórico como la plata, algo impensable hace tan solo unos días y que es un premio de gran magnitud para un equipo que no pudo estar en Pekín’08.
Noruega 34-21 España
Haraldsen, Noestvold (7p), Loeke (2), Breivang, Lunde (4), Johansen (3), Frafjord (2), Larsen (6), Kristiansen (1), Sulland, Riegelhuth (6), Blanco (2), Herrem (1) y Terese Pedersen (ps).
Ciobanu, Mangué (4, 2p), Garmendia (2), Martín (2), Barno, Bea Fernández (2), Cuadrado (1), Aguilar (2), Chávez, Pinedo (1), Begoña Fernández (4), Oncina (2), Koleva (1) y Cristina González (ps).
2-2, 3-5, 4-6, 8-8, 10-9, 13-12 (descanso), 16-12, 18-14, 22-15, 27-17, 32-18 y 24-21.
Tatiana Rakytina e Irina Tkachuk (UKR). Excluyeron por dos minutos a las españolas Garmendia, Koleva, Cuadrado y Mangué, y a las noruegas Loeke y Blanco.
Final del Europeo de Macedonia disputada en el pabellón Boris Trajkovski, de Skopje, ante 5.000 espectadores. DEP