No obstante, admitió que con el acuerdo de que la Comisión Europea siga teniendo un miembro por cada país esta institución «tendrá que hacer un esfuerzo para tener eficacia y agilidad». El tamaño, opinó, no es «un impedimento» para que el Ejecutivo comunitario sea eficaz, pero sí lo «complica».
En todo caso, consideró «mucho más importante que el Tratado de Lisboa vea la luz», porque incluye reformas que sí agilizarán el funcionamiento de la UE –como la adopción de más decisiones por mayoría cualificada en lugar de por unanimidad–.
Zapatero admitió que Irlanda no fue el único país satisfecho por la decisión sobre la Comisión, mientras Sarkozy llegó a opinar que los Veintisiete cometieron un «error» al decidir reducirla cuando negociaron el Tratado de Lisboa. Argumentó que de ese modo varios países perderían representación en la UE lo que, sumado al fin de las presidencias semestrales, les privaría de toda visibilidad en la Unión.
Por otro lado, Zapatero mostró también su «satisfacción» por el compromiso de que España volverá a tener 54 diputados cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa –aunque en junio sólo se elegirán 50 porque los comicios se harán conforme al Tratado de Niza– y confió en que esto sea una realidad en el 2010. Sarkozy precisó que, al igual que las garantías jurídicas que ha pedido Irlanda para volver a convocar el referéndum, este asunto se resolverá con textos adjuntos al Tratado de Adhesión de Croacia «en el 2010 o el 2011».
El jefe del Ejecutivo destacó que en esta Cumbre la UE ha «superado dos retos muy importantes», lograr que Irlanda vuelva a someter el Tratado a referéndum y cerrar un acuerdo de lucha contra el cambio climático que se presentaba difícil y con el que, a su juicio, «Europa lidera con su ejemplo el camino hacia un acuerdo global de reduccion de emisiones más ambicioso y más amplio» que el Protocolo de Kioto.
Respecto al tercer tema clave de la cumbre, el plan de reactivación de la economía europea, Zapatero destacó que las conclusiones acordadas pretenden garantizar que todas las ayudas estén disponibles con «agilidad, rapidez y urgencia». El plan prevé destinar 200.000 millones de estímulo presupuestario, un 1,5 por ciento del PIB de la UE del que un 1,2 por ciento deberá corresponder a medidas nacionales.
«Situaciones diferentes»
En este sentido, destacó que la Cumbre ha reconocido que cada país parte «de situaciones distintas» de modo que las medidas de estímulo incluyen «cierto grado de flexibilidad» para tener esto en cuenta, aunque con «directrices comunes»: que las medidas apoyen la demanda, que sean temporales, que tengan efecto inmediato y que se concentren en sectores específicos.
Las medidas puede materializarse en más gasto público, en ayudas directas a sectores vulnerables o en reducciones de impuestos algo que, insistió Zapatero, España no hará por considerar que en esta situación no estimularía el gasto, sino el ahorro.
Además, destacó que los Veintisiete han considerado necesario insistir en que las medidas de liquidez al sistema financiero repercutan en un aumento del crédito a las empresas y las familias, y reveló que ha pedido a la Comisión y al Banco Central Europeo que estudien fórmulas para hacerlo posible.
Sobre el acuerdo climático, Zapatero incidió además en que la apuesta por las energías renovables y los biocombustibles será positiva para España, que deberá aprovechar la «oportunidad» de desarrollar estas industrias y sentar las «bases a largo plazo» para reducir su dependencia energética. En su opinión, el acuerdo, que prevé que la industria reciba gratuitamente sus derechos de emisión, va a «requerir un esfuerzo por parte de todos los países, empresas y ciudadanos», pero recalcó que «sería mucho mayor el coste economico de no adoptar las medidas». El pacto, añadió, tiene «sentido económico, medioambiental y ético», pero también «justo» porque prevé un «reparto equilibrado de los esfuerzos» entre los países de la UE.
Elogios a Sarkozy
El jefe del Ejecutivo español dedicó además elogios a Sarkozy, que el 31 de diciembre pone fin a su presidencia europea. Para Zapatero, en estos seis meses «la UE ha estado más unida y Europa ha salido más fortalecida» y mencionó como hitos del ‘mandato’ de Sarkozy el relanzamiento del diálogo mediterráneo a través de la Unión por el Mediterráneo (UpM), la «reacción coordinada, diligente y fuerte» ante la crisis de los mercados financieros, la iniciativa de la Cumbre de Washington y, finalmente, todas las decisiones de este Consejo Europeo.
Zapatero dijo que Sarkozy ha demostrado «capacidad de iniciativa y liderazgo» y, medio en broma, medio en serio, le agradeció que incluso haga «cumplir los horarios» de las cumbres. Para el presidente español, es signo de «seguridad y eficacia» que las reuniones de la UE terminen a la hora prevista, aun cuando algunos –en esta ocasión el gobierno polaco– lleguen a Bruselas un jueves amenazando con prolongar la discusión hasta el domingo.
El presidente del Gobierno tuvo ocasión de conversar el pasado jueves por la tarde brevemente con Sarkozy y con la canciller alemana, Angela Merkel, y también vio brevemente a sus homólogos de Irlanda, Luxemburgo y Grecia, según fuentes del Palacio de la Moncloa.