Su espíritu indomable sigue vivo en Los Ángeles (EEUU), donde se forjó la banda que le daría a conocer, The Doors. Un mural de tres pisos de altura perpetuó su joven imagen en un edificio de la playa de Venice, área en la que residió el cantante en la década de los años 50, aunque el rastro de Morrison se extiende por Santa Mónica o el famoso Sunset Bulevar, por donde el grupo solía juntarse para dar conciertos, grabar sus discos y entretenerse por la noche.
Uno de esos locales, aún abierto, es el Barneys Beanery de West Hollywood, un bar de carretera de la ruta 66 donde solía acudir el cantante y de donde fue echado un día en la década de los 60 por orinar en la barra. Los propietarios del establecimiento han decidido rendir un particular homenaje al recuerdo de Jim Morrison con la colocación de una placa en el mismo sitio en el que el artista se alivió sin pudor.
El acto, retransmitido en directo por algunas emisoras de radio, estará acompañado de un firma de discos de The Doors por parte de dos antiguos miembros de la banda, el teclista Ray Manzarek y el guitarra Robby Krieger, quienes harán memoria de su experiencia en el grupo.
Una carrera corta pero intensa
La carrera de The Doors fue corta, poco más de cinco años, pero fulminante e intensa. En 1966 Jim Douglas Morrison, un poeta rebelde y amante del cine, conoció a Manzarek, un pianista apasionado por el «Rhythm and Blues» en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). Más tarde se unieron a John Desmore con su batería y a la guitarra de Krieger.
Sus primeros pasos en fueron en 1967 interpretando blues en un establecimiento de Sunset Bulevar. Ese mismo año sacarían uno de sus grandes éxitos, el tema ‘Light my fire’.
Tras perder su timidez inicial, Morrison comenzó a escandalizar y a provocar al público desde el escenario, una exhibición irreverente que mezclaba con drogas y alcohol y que terminó conduciéndole a su autodestrucción.
El trágico final
Su trágico final llegó la madrugada del 2 al 3 de julio de 1971, cuando tenía 27 años. El cadáver del cantante fue hallado por su novia Pamela Courson, quien también moriría por sobredosis tiempo después en la bañera del apartamento que habían alquilado en la capital francesa.
La truculenta vida de «sexo, drogas y rock and roll» que había llevado Morrison desagradó tanto a su familia que se negaron a repatriar su cuerpo a EEUU por vergüenza, por lo que finalmente fue enterrado en París.
El legado de Jim Morrison y The Doors, banda que se disolvería en 1973 después de publicar dos álbumes sin su vocalista original, fue llevado al cine por el realizador Oliver Stone en 1991.
Con motivo de los 40 años del nacimiento del grupo se reeditaron en 2007 los temas más famosos de la historia del grupo en un doble álbum recopilatorio llamado The very best of The Doors.
El disco incluyó 34 canciones entre las que se encontraban himnos del rock como ‘Break on through’, ‘Light my fire’, ‘The end’, ‘L.A. woman’, ‘Roadhouse blues’, ‘Touch me’ o ‘Hello I love you’.