Según el Banco de España, la tasa de inflación es más elevada cuanto mayor es el grado de indiciación salarial y el grado de persistencia de la misma es más alto cuanto más se indician los salarios, de forma que las desviaciones del IPC «tenderán a ser más duraderas» en aquellos países donde existe un mayor nivel de indiciación salarial, como ocurre en España.
De hecho, la entidad subraya que una de las características «más peculiares» del mercado laboral español, no observada en la mayoría del resto de países europeos, es la presencia de cláusulas de salvaguarda en la mayor parte de los convenios colectivos que se firman, lo que origina, en su opinión, «un elevado grado de indiciación automática de los salarios a incrementos en los precios».
Concretamente, en España, cerca del 75% de los trabajadores con convenio está protegido por estas cláusulas frente a las desviaciones del IPC, porcentaje que contrasta con el de la mayor parte de los países europeos, que presentan cifras inferiores al 25%. Sólo Bélgica, Finlandia y Luxemburgo cuentan con un grado de cobertura igual o superior al caso español.
El Banco de España, que no es la primera vez que cuestiona el uso de estas cláusulas y advierte de sus efectos negativos sobre la inflación, afirma en este artículo que las cláusulas de revisión favorecen también los llamados «efectos de segunda ronda», que acaban convirtiendo los aumentos transitorios de la inflación en permanentes.
Así, sostiene que la inflación en España es «más elevada y persistente» que en el área euro, con diferenciales medios del 1,6% entre 1996 y el 2001, y del 1,8% entre el 2002 y el 2007, que perjudican la competitividad española.
El instituto emisor señala que los efectos de la indiciación salarial pueden resultar «especialmente negativos» en la actual coyuntura económica, en la que, por un lado, se han producido repuntes transitorios de los precios que no deberían trasladarse a elevar los costes laborales, y por otro, para su recuperación y para la del empleo, necesita mejorar su posición competitiva.
En este sentido, el organismo asegura que las cláusulas de revisión, pese a haber tenido un «impacto pequeño» en la evolución salarial durante la década anterior, actualmente suponen «una parte considerable del incremento de los costes laborales».
De esta forma, argumenta, entre el 2000 y el 2007 la indiciación salarial fue el origen de aproximadamente el 15% del crecimiento de los costes laborales y del 13% de las tarifas salariales.
El Banco de España indica además que los incrementos salariales iniciales de los convenios con cláusula suelen ser inferiores a los que carecen de ella, si bien, una vez aplicadas las cláusulas de salvaguarda, las subidas salariales finales son superiores en los convenios que las tienen que en los que no disponen de este instrumento de indiciación.
La institución apunta asimismo que durante el periodo 1992-2007 la relación entre la incidencia de las cláusulas de revisión salarial y el crecimiento de los salarios reales fue negativa. «Es improbable que las cláusulas de revisión en función del comportamiento pasado de los precios consigan realmente aumentar el poder adquisitivo de los salarios», asegura.
Las cláusulas de revisión salarial han ido cobrando importancia en la negociación colectiva a partir de principios de la década actual y han aumentado su presencia, en parte, por las desviaciones de inflación sobre los objetivos iniciales.
Sigue el retroceso
El Banco de España también advierte de que la actividad económica española continúa su retroceso durante el cuarto trimestre, en un contexto en el que permanecen las incertidumbres provocadas por la crisis financiera internacional. El organismo supervisor subraya que el consumo privado mantiene su «debilitamiento», como demuestran, por ejemplo, la caída del 48,8% de la matriculaciones de automóviles particulares en noviembre y el descenso del 6,9% del índice de comercio al por menor de octubre.
Los datos relativos a la construcción, con una caída en octubre del 17% de la afiliación a la Seguridad Social de este sector y un descenso del 34% del consumo de cemento, entre otros, también apuntan, según el Banco de España, a que la actividad sufrirá reducciones «adicionales».
Asimismo, el organismo destaca el «deterioro» de los servicios y el «empeoramiento reciente» de la industria, como refleja el retroceso del 8% de la producción industrial en septiembre y del 12,6% de la cifra de negocio, una caída mayor que en meses previos.
En cualquier caso, esta reducción de la actividad en el cuarto trimestre se produce de forma generalizada en casi todas las economías del mundo, según subraya el Banco de España.
El organismo supervisor recuerda que en el último mes la situación financiera internacional ha estado marcada por las tensiones en los mercados de financiación mayorista y por una elevada volatilidad en todos los segmentos, en un entorno en el que se han «multiplicado» los indicios de recesión en la actividad de las principales economías.
A su juicio, EEUU sufrirá una «mayor contracción» económica, el Reino Unido soportará un «deterioro adicional», Japón tendrá que hacer frente a un ajuste «prolongado y severo», China a un «mayor debilitamiento» y América Latina a una «fuerte desaceleración».
La Unión Económica Monetaria, por su parte, sufrirá un «marcado retroceso» de la actividad, mientras que de los nuevos estados miembros de la Unión Europea que no pertenecen a la UEM sólo se salvan la República Checa y Eslovaquia, que mantienen un «notable dinamismo».