Rojo ofreció una rueda de prensa en Vitoria para analizar la situación generada con el frustrado intento de fusión de BBK y Kutxa, del que afirmó que «no es una buena noticia para los clientes particulares y los empresarios que, de buena fe, piden a gritos una gran caja vasca sólida, segura, profesional, por encima de ideologías y que nos represente a todos».
El presidente de Caja Vital se refirió al proceso de integración de las cajas y subrayó que «la suma de fuerzas de las tres entidades desde el acuerdo, la pluralidad y el respeto a la personalidad de cada territorio hubiera sido la mejor opción».
El máximo responsable de la caja alavesa señaló que BBK, Kutxa y Vital son «cajas hermanas» y advirtió de que «trabajando juntos, las dificultades son más llevaderas y los problemas se resuelven mejor. Entre hermanos es lógico tener diferencias, pero lo doloroso puede ser separarse», añadió. En esta línea, subrayó que las tres entidades vascas forman parte de las organizaciones financieras «más sólidas, más solventes, más profesionales y comprometidas del Estado español».
Por todo ello, emplazó a los presidentes de BBK, Xabier de Irala, y Kutxa, Xabier Iturbe, a «retomar el espíritu de consenso y acuerdo que labramos en su día, y reintentar una operación a tres desde las claves del 2005». Según recordó, en aquella época los responsables de las tres cajas acordaron crear «un ‘holding’ económico-empresarial, respetuoso con la realidad sociológica y con la personalidad de cada uno de los tres territorios». El proyecto, no obstante, no pudo llevarse a la realidad finalmente.
Rojo subrayó que «cuando hablábamos de la necesidad de consenso», esta afirmación se refería a que «una eventual integración de las tres cajas vascas no puede hacerse contra nadie, sino en beneficio de todos».
Por otra parte, se dirigió a la clase política para pedirle que «impulse con determinación y con urgencia la reforma de la Ley de Cajas Vascas, que haga posible la creación una gran entidad plural, descentralizada, respetuosa con la identidad de cada territorio y con mayor fortaleza para afrontar la actual coyuntura de crisis económica y financiera».
El presidente de la Vital se mostró «convencido de que Euskadi necesita una gran caja vasca, fuerte y por encima de las ideologías». Dicha entidad, a su juicio, debería ser capaz de dotar a los empresarios vascos de «herramientas sólidas para abordar sus inversiones, para buscar nuevos mercados y para crear mayor riqueza y empleo».
«Necesitamos adelantarnos al tiempo y a los acontecimientos para crear una gran caja vasca en la que Álava, Bizcaya y Gipuzcoa se encuentren cómodas, en la que nuestros clientes se vean reflejados», proclamó, para advertir a continuación de que «no podemos vivir eternamente en el desencuentro». Por ese motivo, manifestó que en todo este proceso «el consenso es la palabra clave».
El PNV «animará» nuevos intentos
Por otro lado, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha descartado hoy que se haya terminado el proyecto de fusión de las cajas de ahorro vascas y, de hecho, ha adelantado que su partido «animará» a los rectores de dichas entidades a que desarrollen nuevos intentos «de suma».
En comparecencia ante los medios de comunicación en Bilbao, Urkullu ha manifestado sus diferencias con el presidente del PNV de Guipúzcoa, Joseba Egibar, quien ayer dio por «terminada» definitivamente la posible fusión entre Kutxa y BBK.
Según Urkullu, no cabe hablar de «finales de ciclo» cuando se está hablando de «necesidades de la ciudadanía», y ha opinado que la actual situación económica de crisis puede ser peor en el 2009, lo que hace «necesario un tamaño (mayor) de las entidades financieras».
Por ello, ha asegurado Urkullu que «el PNV hará todos los esfuerzos que estén en su mano para animar a quienes realmente son los rectores de las cajas a que, en base a sus análisis, hagan su apuesta de suma de fuerzas».
En este sentido, ha destacado «la coherencia del PNV» al apoyar la fusión a tres o a dos, y «animará a los presidentes de las cajas a que pongan encima de la mesa sus reflexiones para, desde las decisiones que adopten, como alianzas estratégicas, suma de fuerzas o fusiones, ofrecer soluciones a los pequeños ahorradores o pequeñas y medianas empresas».
Además, ha reclamado a PSE-EE, PP y la izquierda radical abertzale, que le digan «ante la actual situación de falta de liquidez y de crisis financiera, cuáles son las entidades que van a participar en proyectos empresariales e industriales».
Urkullu ha opinado que «tendrán que explicar las celebraciones políticas tras los resultados de la Kutxa en su asamblea del viernes pasado», cuando el proyecto de fusión con BBK no logró la mayoría necesaria para ser aprobado, porque «se verán afectados los ciudadanos que tienen créditos hipotecarios con las citadas entidades, o las empresas vascas».