«Aunque es verdad que hay que potenciar la inversión pública, dados los problemas que tienen los ayuntamientos, tenemos dudas de si al final va a ir directamente a ese tipo de inversiones y, además, se trata de mantener artificialmente el empleo», afirmó.
Las propuestas de Iranzo para salir de la crisis, que caerá en recesión coincidiendo con «las uvas de Navidad», son llevar a cabo una reforma fiscal para mejorar la competitividad, flexibilizar el mercado laboral y buscar nuevas fórmulas de empleo.
A su juicio, también hay que resolver problemas energéticos, de absentismo laboral con «inspecciones estrictas», aunque en los últimos meses se está moderando, dijo, y potenciar el transporte ferroviario de mercancías.
En su opinión, «lo que hay que evitar es que se destruya tanto empleo y, sobre todo, mejorar nuestro potencial de crecimiento de cara al futuro para cuando la economía española y la mundial esté en mejores condiciones».
Por tanto, «es clave» mejorar el potencial de crecimiento y, a mi juicio, hasta ahora no se han tomado las medidas adecuadas, sí en el campo financiero, pero, no en la crisis real».
El también decano del Colegio de Economistas de Madrid «hubiera bajado las cotizaciones sociales, el impuesto de sociedades y habría subido algo el IVA si hubiera sido necesario, con la ventaja de que el IVA no se va a trasladar al consumo, pero, se deducen las exportaciones».
Además, «las inversiones las hubiera llevado fundamentalmente al transporte ferroviario de mercancías que es una de las demandas básicas de falta de competitividad que tenemos».
También manifestó, que se tendría que haber «clarificado a efectos legales cuales son las causas de despido procedente por razones económicas». Porque, «si no hay razones económicas para que muchas empresas ajusten sus plantillas, creo que difícilmente vamos a encontrar otras condiciones».
Si las empresas, añadió, no adecúan su exceso de capacidad productiva a la nueva demanda, la alternativa es muchísimo peor, como es el cierre e indicó que en lo que va de año se han cerrado 300.000 empresas. También «hubiera favorecido nuevos contratos, más flexibles, porque a lo mejor hay empresas que no contratan por la incertidumbre, pero, con contratos más flexibles lo hubieran hecho».
Otro de los problemas que tiene la economía española es la falta de la unidad de mercado y, por tanto, haría «otro tipo de reglas para restaurar la unidad de mercado».
Y, desde el punto de vista energético «no podemos prescindir de ninguna capacidad productiva y, por tanto, yo no cerraría ahora la central nuclear de Santa María de Garoña».
Vaticinó que a final de año habrá un crecimiento negativo de la economía del 1,3% y que la tasa de paro estará en el 15,5%.