El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reunido este miércoles 2 de octubre en una sesión urgente para abordar la situación en Oriente Medio, no se pronunció sobre una eventual retirada de las tropas de la ONU desplegadas en Líbano.
Y no se pronunció (aunque fuentes diplomáticas consultadas por ESTRELLA DIGITAL esperaban que lo hiciera) porque, tal y como han explicado a este medio militares con experiencia en misiones en el exterior, «no es el momento de una retirada, desde el punto de vista táctico».
«No es oportuno plantear una salida de Líbano en las actuales circunstancias -aclaran-, porque eso implicaría movimientos de tropas por zonas que, en estos momentos, no son seguras».
Con la escalada del conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá en Líbano, y la «entrada en escena de Irán», estas fuentes aseguran que «replegar a los más de 10.000 militares que se encuentran en territorio libanés no es viable y sería una operación que podría poner en peligro la vida de los soldados».
«La logística de un repliegue militar es muy compleja»
Añaden que «la logística de un repliegue militar es muy compleja, y más cuando se trata de un contingente tan numeroso». De hecho, y a modo de ejemplo, comentan que «el repliegue de las tropas españolas que estaban en Bosnia-Herzegovina llevó meses de planificación y ejecución».
También recuerdan que «no es la primera vez» que tropas internacionales se ven obligadas a estar «recluidas» en búnkeres (como están ahora) por un «recrudecimiento de la situación en la zona de despliegue».
Las mismas fuentes explican que, como ya dijo el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, los cascos azules desplegados en Líbano están cumpliendo un mandato de Naciones Unidas (Resolución 1701), y es a este organismo «al que le compete decidir sobre las condiciones en las que se desarrolla la misión y también si es apropiado cambiar las ‘reglas del juego’ o retirar a las tropas».
Pero, aunque España «es un país soberano y podría decidir unilateralmente ‘sacar’ a los 650 militares que se encuentran en estos momentos en el fuego cruzado entre Israel y Hezbolá (como hizo el presidente Zapatero en 2004 con la retirada de las tropas españolas de Irak), tenemos unos compromisos internacionales adquiridos y hay que cumplirlos», prosiguen.
Y, a modo de conclusión, y aunque se han producido bombardeos de Hezbolá a tan sólo 10 kilómetros de la base donde se encuentran los militares españoles, estas fuentes tienen claro «que a ninguno de los actores implicados en el conflicto les interesa que haya bajas entre los soldados de 50 países que están actualmente desplegados en Líbano bajo bandera de Naciones Unidas».