«Los cascos azules de Naciones Unidas permanecen en todas sus posiciones y la bandera de la ONU continúa ondeando en ellas». Así se ha manifestado este sábado 5 de octubre el portavoz de UNIFIL (la misión de la ONU en Líbano), Andrea Tenenti, tras la solicitud efectuada por Israel de que las tropas internacionales efectuasen una retirada parcial de la frontera con Líbano.
Según ha explicado Tenenti, «el 30 de septiembre, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) notificaron a UNIFIL su intención de realizar incursiones terrestres limitadas en el Líbano y solicitaron que cambiásemos algunas de nuestras posiciones».
Sin embargo, este petición en forma de «orden», que adelantó la cadena de televisión catarí Al Jazeera, fue rechazada por el mando de UNIFIL, que actualmente lo ostenta el general español Aroldo Lázaro.
«Los cascos azules van ajustando sus posiciones y actividades»
El portavoz de UNIFIL sí ha admitido que «los cascos azules van ajustado sus posiciones y actividades» en función de la situación (las patrullas, por ejemplo, ya fueron suspendidas), y que tienen «planes de contingencia listos para poner en marcha», pero sólo si fuera «absolutamente necesario».
«La seguridad del personal de UNIFIL es primordial, y se recuerda a todos los actores su obligación de garantizarla; seguimos instando al Líbano e Israel a que vuelvan a comprometerse con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad –con acciones, no sólo con palabras– como la única solución viable para restablecer la estabilidad en la región.
La UNIFIL (Fuerza de Protección de Naciones Unidas en Líbano), que está desplegada en diferentes puntos de la frontera entre Israel y Líbano, está actualmente integrada por más de 10.000 militares de 50 países, entre ellos 650 españoles, que están recluidos en búnkeres desde que el conflicto entre Israel y Hezbolá se recrudeció hace unas semanas.