La presión sobre los cascos azules de la ONU desplegados en la frontera entre Israel y Líbano va en aumento. Tras el ataque israelí de este domingo contra uno de los puestos de UNIFIL (la misión que Naciones Unidas mantiene en Líbano desde 2006) y la exigencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que los más de 10.000 cascos azules se retiren de la zona, la situación no ha hecho más que empeorar, aunque desde el Ministerio de Defensa aseguran a ESTRELLA DIGITAL que los militares españoles «permanecen en los búnkeres de la base de Marjayoun sin novedad».
Lo último, en relación con el despliegue de la ONU en Líbano (en el que están integrados 650 militares españoles), proviene de redes sociales como X (antes Twitter), en las que diferentes perfiles de entidades relacionadas con Israel están difundiendo vídeos en los que se muestran instalaciones de Hezbolá próximas a las bases de Naciones Unidas.
En ellos se observan túneles y armas de Hezbolá que, según los usuarios que los están difundiendo, están cerca de algunos puestos de la UNIFIL en Líbano, lo que está siendo aprovechado por Israel para acusar directamente a Naciones Unidas de hacerle el juego a Hezbolá, permitiendo que estas instalaciones estén situadas cerca de sus cuarteles.
Cascos azules protegiendo la frontera entre Israel y Líbano desde 2006
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FPNUL o UNIFIL, por sus siglas en inglés) lleva desde el año 2006 realizando patrullas y otro tipo de misiones en la frontera entre Israel y Líbano para, precisamente, evitar lo que está sucediendo en las últimas semanas: un conflicto armado entre las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) y los terroristas de Hezbolá.
Esta misión se había mantenido sin incidentes graves hasta que el pasado 1 de octubre Israel decidió iniciar una operación terrestre y traspasar la denominada ‘Línea Azul’ establecida por Naciones Unidas para mantener la paz en la zona.
Israel emprendió esta operación militar para acabar con objetivos de Hezbolá en Líbano, tras haber realizado una «operación magistral» sin precedentes en la que saboteó miles de ‘buscas’ y walkie-talkies‘ del grupo terrorista, haciéndolos explosionar simultáneamente en diferentes puntos del territorio libanés.
Israel desoye los reiterados llamamientos de la ONU para que deje de «violar el derecho internacional»
Desde que comenzó, hace algo más de un año, la guerra de Israel contra Hamás en la franja de Gaza, el régimen de Benjamin Netanyahu siempre se ha mostrado decidido a acabar, tanto con los terroristas de Hamás como contra todos «sus enemigos» en la zona (que pasan por Hamás, en Gaza, Hezbolá, en Líbano, los hutíes de Yemen, Irán y objetivos terroristas en países como Siria).
Sin embargo, desde que comenzó esta nueva escalada de violencia en Oriente Medio, desde Naciones Unidas se ha instado en varias ocasiones a Israel a que cese en sus operaciones, porque suponen violaciones del derecho internacional, como está ocurriendo con las actuaciones que, en los últimos días, están llevando a cabo las IDF contra los cascos azules desplegados en Líbano.