La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) ha denunciado que, «en algunas bases y unidades de las Fuerzas Armadas» se podrían estar «vulnerando» sus derechos al honor, intimidad y propia imagen por la forma en la que les realizan las analíticas de orina.
Estas analíticas, recogidas en el Plan General de Prevención de Drogas en las Fuerzas Armadas, se realizan de manera obligatoria al menos una vez al año, y sirven para detectar si los militares han consumido drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas. Su consumo está tipificado como delito en el Código Penal Militar, con penas que van desde los tres meses y un día a los dos años de prisión.
Y desde ATME aseguran que «en algunas bases, los militares son cacheados antes de realizar las citadas analíticas por la Policía Militar y, al realizarlas, deben hacerlo con los pantalones y ropa interior bajadas e incluso, algunas veces, el testigo observa de manera directa cómo la orina sale de su cuerpo».
ATME ha elevado sus quejas al Ministerio de Defensa y al Ejército de Tierra
La Asociación ha puesto este asunto sobre la mesa porque, según explican, han recibido «quejas de sus socios» por la realización de este tipo de prácticas, «especialmente en algunas bases de Madrid», concretamente del Ejército de Tierra.
De hecho, han solicitado al Ministerio de Defensa y al Ejército de Tierra (a través del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas y de la Asesoría Jurídica, respectivamente) que se les informe acerca de «si en las normas que regulan la realización de estas analíticas viene reflejado este procedimiento». También piden «un informe en el que se dictamine si estos procedimientos (cacheo, retirada de prendas y/o observación directa de los genitales) son acordes a la legislación vigente».
Desde la Asociación consideran que «estos procedimientos exceden con creces lo reflejado en las diferentes normas en que han de regirse», si bien manifiestan que «ignoran» si dichos procedimientos «están recogidos» en la normativa, «tal y como se realizan».
Y añaden que «esta forma de proceder en las Fuerzas Armadas, en un momento en que cualquier tema que conlleve connotaciones de índole sexual o que pueda atentar contra la integridad moral de las personas o su orientación sexual esta perseguido por la ley, se entiende que está fuera de lugar».
Es más, consideran «que no se puede proceder con un militar como si fuera un presunto drogadicto o consumidor habitual».
En los análisis «se tendrá presente el respeto a la intimidad», según el Plan de Prevención de Drogas de las Fuerzas Armadas
En el III Plan General de Prevención de Drogas en las Fuerzas Armadas, actualmente en vigor, se especifica que «los análisis y comprobaciones con carácter obligatorio, encaminados a detectar los estados de intoxicación y el consumo de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, se realizarán de forma aleatoria«, aunque también «puede seleccionarse al personal militar que se considere oportuno».
También se indica, explícitamente, que, durante los procedimientos, «se tendrá presente, en todo momento, el respeto a la intimidad y a la vida privada de las personas».
ESTRELLA DIGITAL se ha puesto en contacto con el Ministerio de Defensa para obtener su versión sobre los hechos denunciados por ATME, pero el Departamento que dirige Margarita Robles no se ha pronunciado al respecto.