Los submarinos de la Armada española caminan hacia la implantación de nuevos sistemas que los convertirán en los más avanzados del mercado y, además, serán prácticamente indetectables.
Esto será posible gracias dos factores: la implantación de sistemas de propulsión independientes del aire (AIP, por sus siglas en inglés) únicos en el mundo; y a la realización de un diseño y sistema de producción orientado, precisamente, a que no puedan ser detectados por el ‘enemigo’ cuando estén llevando a cabo una operación.
Estos serán los submarinos de ataque de la clase S-80 que está fabricando Navantia, pero cuyos plazos de entrega se han tenido que «renegociar» con el Ministerio de Defensa porque el programa ha sufrido retrasos, al igual que otros programas de armamento y material que afectan al resto de las Fuerzas Armadas.
Los S-80 contarán con un sistema de propulsión independiente del aire que es único en el mundo
En uno de esos submarinos, en concreto en el S-83, Navantia ya ha comenzado a embarcar el sistema AIP, que «es único en el mundo -aseguran desde la compañía- porque es capaz de generar hidrógeno a partir de un alcohol generado de forma sostenible (bioetanol) y almacenado a bordo del submarino».
Este proceso lo realiza el Sistema de Procesamiento de Bioetanol. Este hidrógeno, combinado con oxígeno almacenado también a bordo, genera electricidad a través de una pila de combustible capaz de cargar las baterías del submarino y mantenerlo en inmersión entre dos y tres veces más que cualquier otro submarino convencional.
¿Y por qué será prácticamente indetectables gracias a este sistema? Porque los submarinos convencionales requieren realizar operaciones de snorkel diarias para recargar sus baterías con motores diésel, lo que les hace vulnerables a la detección y el ataque.
Con el Sistema AIP «se minimizará esta indiscreción al recargar las baterías del submarino en inmersión con una pila de combustible», explican desde la compañía.
Los submarinos de la clase S-80 serán los únicos de 3.000 toneladas dotados de este sistema en todo el mundo. Y será ese sistema precisamente el que, sumado al proceso de diseño y al sistema de producción, los convertirán en submarinos casi indetectables.