Los efectivos de la Comisaría Centro-Sur de Policía Municipal de Madrid ya llevan días preparados para las fiestas navideñas. El encendido de luces, el pasado 28 de noviembre, marcó el inicio del dispositivo especial que ya está reforzando la seguridad de los millones de visitantes que transitarán por el centro de la capital estos días.
Habrá, ya los hay, cortes de tráfico, vehículos de interposición, perímetros acotados, controles… pero, realmente, y aunque el dispositivo se refuerce en estas fechas, «en el centro de Madrid siempre es Navidad».
Así lo expresa Javier Sierra, el comisario que está al frente de los policías municipales de la Comisaría Centro-Sur, ubicada en la calle Montera, centro neurálgico de la capital, junto a la Puerta del Sol, las calles comerciales del Carmen y Preciados, la emblemática Plaza Mayor y próxima a una de las principales arterias de Madrid: la Gran Vía.
Es su área de influencia y Javier Sierra, en una entrevista concedida a ESTRELLA DIGITAL, aclara que «en el centro de Madrid siempre es Navidad» por la multitud de ocasiones en las que, a lo largo del año, tienen que proporcionar seguridad en eventos con grandes concentraciones de personas: manifestaciones, celebraciones, procesiones (en Semana Santa), puentes festivos…
«Hay tantos antecedentes, tanta experiencia… en la gestión de grandes concentraciones de personas en el centro de Madrid, que todo está bajo control»
Por ello, se muestra tranquilo. Y, aunque reconoce que estar al frente de esta Comisaría es un «reto» para él a nivel individual por tratarse de una zona con mucha afluencia de visitantes, no quiere personificar en su figura lo que hacen los efectivos que están bajo su mando.
Durante la entrevista, da la impresión de que la tranquilidad le viene de serie y eso es lo que transmite. Pero, además, está «tranquilo» porque asegura que durante el planeamiento del dispositivo para estas fechas «hay tantos antecedentes, tanta experiencia, tantos conocimientos acumulados… que todo está bajo control».
Tranquiliza, y mucho, escucharle hablar así, porque desde fuera uno podría suponer que las Navidades son un momento de tensión para los agentes de Policía Municipal de Madrid. Pero no: todos los escenarios los tienen contemplados.
Incluso al preguntarle si han modificado el dispositivo de seguridad a raíz de lo ocurrido en la ciudad alemana de Magdeburgo, dice con orgullo que en Madrid «siempre hemos ido por delante«. De hecho, «ya hace años que contamos con bolardos«, recuerda.
En los días de mayor afluencia de personas habrá refuerzo con drones, antidisturbios, caballos y unidades caninas
Los bolardos, también denominados óvalos (por la forma que tienen), son un obstáculo, un elemento disuasorios, para evitar que se produzcan incursiones de vehículos no autorizados que podrían poner en peligro la seguridad ciudadana.
Pero, además, los días con mayor afluencia de personas contarán con el refuerzo de otras Comisarías de Policía Municipal de Madrid con drones, antidisturbios, caballos o unidades caninas. Y, por supuesto, los agentes uniformados de la Comisaría Centro-Sur… «y otros que están de paisano para garantizar todavía más la seguridad de los ciudadanos», precisa.
El reto estos días a nivel policial es «crear un espacio de convivencia» en el que se pueda combinar «seguridad, actividad comercial, turismo y ocio», explica. El comisario es consciente de que, en ocasiones, las medidas excepcionales de seguridad pueden ocasionar inconvenientes… a priori.
Por ello pide «comprensión», porque «si una calle se corta -cita a modo de ejemplo- es porque se ha hecho una valoración previa» de que esa vía debe cerrarse por motivos de seguridad.
Policía Municipal de Madrid reparte pulseras adhesivas para que los menores lleven los datos de sus padres por si se pierden
Otro reto que tienen por delante estos días está relacionado con los menores. «Al haber tanta gente no es difícil que un niño se pierda… ý lo vemos bastante a menudo», asegura.
Precisamente una de las zonas prioritarias estos días es Cortylandia, el espectáculo infantil navideño que El Corte Inglés de Preciados monta en su fachada de la calle del Maestro Victoria. Muchos menores, acompañados de sus padres, disfrutan de la música y de los muñecos animados que ya forman parte de las tradiciones madrileñas del centro de la capital.
Javier Sierra recomienda que se esté pendiente de los menores. Y que, quien tenga previsto visitar Madrid estos días con sus hijos, «que se acerquen a los policías municipales para que les proporcionen tarjetas o pulseras adhesivas en las que se escriben los datos de contacto de los padres o tutores para poder localizarlos en caso de que el menor se extravíe».
Otro consejo útil para estos días está relacionado con la circulación. «Siempre que sea posible, es mejor venir al centro de Madrid en transporte público y, preferentemente, en Metro», porque (y es fácil comprobarlo) se producen atascos, los parkings se llenan… y, además de perder tiempo, el colapso circulatorio también puede ocasionar problemas de seguridad.
También advierte del «peligro» que conlleva adquirir regalos, sobre todo para los menores, en los puestos callejeros (los conocidos popularmente como ‘manteros’). «Son productos no homologados y pueden poner en riesgo la salud de las personas y, en el caso de los juguetes, de los más pequeños de la casa».
Además, la venta ambulante está prohibida y, aunque a priori uno pueda sentir incluso lástima de quien vende en la calle, Javier Sierra lo desmitifica: «Detrás de esa persona hay toda una red criminal y, al comprarles a ellos, se está perjudicando al pequeño comercio y se está fomentando la cadena delincuencial». De hecho, estas ventas suponen, y así lo constata, «la tercera fuente de financiación de las organizaciones criminales» que están detrás de los ‘manteros’.
Para Fin de Año, el aforo en la Puerta del Sol está controlado
En todo caso, el comisario hace un llamamiento para que, quienes acudan estos días al centro de Madrid, «hagan caso a las indicaciones» de los agentes de Policía Municipal. Porque, si en un momento determinado, nos desvían por otra calle, nos cortan el paso o nos prohíben el acceso a una zona en concreto… todo tiene un porqué, que responde a medidas de seguridad perfectamente planeadas y coordinadas.
El día de Fin de Año es un buen ejemplo de ello. Miles de personas acuden a la Puerta del Sol en Nochevieja para despedir el año que acaba y dar la bienvenida al siguiente.
Javier Sierra explica que, unas horas antes de las tradicionales uvas, «la Puerta del Sol se desaloja completamente» y se cierran los accesos del Metro» (aunque el tránsito por la estación no afecte a los viajeros que tienen que pasar por la estación de Sol).
Y, aproximadamente una hora (u hora y media) antes de las doce campanadas, es cuando se abre el acceso. «Protección Civil se encarga de hacer el conteo de personas que van accediendo a la Puerta del Sol, porque el aforo -advierte- es limitado». Según la Delegación de Gobierno, 15.000 personas. (En este dispositivo también participa la Policía Nacional).
De esa manera se garantiza una respuesta más eficaz (en términos de seguridad) ante cualquier incidencia, y también que quienes hayan decidido comerse las uvas frente al emblemático reloj de la Puerta del Sol puedan hacerlo… sin que la masificación les impida disfrutar de uno de los días más significativos del año.