La soldado Aldara Campuzano, del Regimiento de Caballería ‘Lusitania’ nº 8 de Paracaidistas, estuvo desde el primer día en las zonas afectadas por la DANA. Ella y sus compañeros, destinados en la base ‘General Almirante’ del municipio valenciano de Marines, se movilizaron nada más producirse la tragedia para ayudar a las personas que lo necesitaban.
Este domingo 29 de diciembre, dos meses después de la peor catástrofe natural que ha vivido la Comunidad Valenciana (por los daños materiales y humanos ocasionados), Aldara, de 26 años, que lleva 3 años en el Ejército de Tierra, ha hablado con ESTRELLA DIGITAL desde Paiporta, zona cero de la DANA, donde ella y sus compañeros del ‘Lusitania’ están trabajando en estos momentos… y así lo llevan haciendo «desde que empezó todo», afirma.
P: ¿Qué fue lo primero que hicisteis, qué misiones os asignaron, nada más llegar a las zonas afectadas por la DANA en los primeros momentos?
R: Nosotros llegamos cuando todo estaba peor y las labores que hacíamos entonces consistían en despejar las vías para dar acceso a los servicios de emergencias, UME, etcétera. Como nosotros somos de Caballería y tenemos vehículos pesados (BMR y VAMTAC), nos dedicamos a remolcar muchos vehículos que estaban en mitad de la calle, en los parques, en los portales… y obstaculizaban los movimientos de personas y servicios de emergencias.
P: Después de dos meses, ¿cómo están esas zonas que se vieron afectadas? ¿Cuáles son vuestras prioridades ahora?
R: Lo que se puede ver ahora no tiene color. Hay una diferencia brutal. Ahora mismo, una vez que las vías ya están despejadas, no centramos mucho en la ayuda a los vecinos y también apoyamos a la UME en la limpieza de calles, porque se acumula mucho polvo, mucha arena, mucha tierra.
P: ¿Qué acciones concretas lleváis a cabo con los vecinos de esas localidades afectadas por la DANA?
R: Estamos pendientes de lo que necesitan en sus casas, en sus negocios… y eso incluye, por ejemplo, recogida de sacas con escombros. Sobre todo retirada de escombros. Porque se siguen sacando muchos enseres inservibles de las casas.
P: ¿Qué está suponiendo para ti, a nivel profesional y a nivel personal, formar parte del contingente de militares que está ayudando a las personas afectadas por esta terrible tragedia?
R: Le ponemos mucho empeño profesional a lo que hacemos, pero también mucho empeño emocional. Se te encoge algo al ver lo que han perdido… Empatizas mucho con las personas a las que ayudas. Y ellas se han mostrado siempre muy agradecidas con nosotros. Todos los días muchos vecinos se nos acercan para darnos las gracias.
P: Vosotros que estás a diario con las personas afectadas por la DANA, y ahora que han llegado las Navidades… se podría decir que, en cierto modo, las estáis ‘celebrando’ con ellas.
R: En Nochebuena estuvimos en Paiporta. Fue un día 24 distinto al de otros años, pero reconfortante. No estuve en mi casa con mi familia, pero estaba ayudando.
P: Ese sentimiento de ser útil, en Valencia, en misiones en el exterior… es algo que lleváis los militares en vuestro ADN.
R: Es que todo pasa a un segundo plano cuando estás ayudando a gente que lo necesita. Y aunque estos días festivos no esté con mi familia… hemos creado otra familia aquí en Paiporta.
P: Llevas 3 años en el Ejército de Tierra. ¿Qué estás aprendiendo durante estos dos meses? ¿Qué enseñanzas, que siempre recordarás, te está proporcionando esta misión?
R: ¡Uf! (responde, mientras se para unos instantes a pensar). Es un aprendizaje más emocional, más psicológico, de valorar las cosas que a veces no valoramos. Evidentemente las pérdidas materiales aquí son muchas, y da mucha pena, pero hay personas que han perdido la vida. Y hay familias enteras que está ayudando para que, cuanto antes, se restablezca la normalidad. Tenemos que aprender a dar más valor al factor humano, como estamos viendo aquí en Valencia. Y se está demostrando que unidos somos más fuertes.