Según las investigaciones llevadas a cabo por el FBI sobre el atentado terrorista que se produjo el día de Año Nuevo en Nueva Orleans, el atacante fue un «lobo solitario», aunque los servicios de Inteligencia estadounidenses son conscientes de que el Daesh hace «llamamientos» para que se comentan ataques terroristas mediante «atropellos masivos» como el que se produjo en la calle Bourbon Street.
Es decir, todos los indicios apuntan a que actuó solo, pero, según el subdirector adjunto del FBI, Christopher Raia, que pertenece a la División de Lucha contra el Terrorismo, se siguen buscando «posibles» vínculos con otras personas «dentro y fuera de Estados Unidos», como ya había avanzado en una rueda de prensa anterior.
«Los lobos solitarios presentan un desafío porque son difíciles de identificar, de investigar y de prevenir o interrumpir sus acciones»
En las declaraciones efectuadas por Raia esta semana en relación con el atentado de Nueva Orleans, el alto mando del FBI destacó la complejidad que supone para los servicios de Inteligencia detectar y anticiparse a los actos que pueden cometer «lobos solitarios» y «pequeñas células» terroristas.
Estos individuos, cuyo proceso de «radicalización» se produce «normalmente en el ámbito online« -resaltó Raia- y tienen la ventaja de «utilizar armas de fácil acceso», «representan la mayor amenaza terrorista para nuestra nación», subrayó.
Los lobos solitarios, según las palabras del subdirector adjunto del FBI, «presentan un desafío particular para las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia porque son difíciles de identificar, investigar, y prevenir o interrumpir» sus actuaciones, «especialmente cuando su radicalización y comunicación con otras personas de ideas afines ocurre en el ámbito online«, como se cree que ha ocurrido en el caso del atacante de Nueva Orleans.
Aún así, el FBI sigue buscando «pistas» para esclarecer lo ocurrido, y Raia destacaba la importancia de «compartir información e Inteligencia» -algo que están haciendo con otros servicios homólogos- para combatir la amenaza terrorista. En el caso de Nueva Orleans, los efectivos de la agencia continúan entrevistando a «cientos» de testigos, y analizando imágenes y pruebas.
Se han incorporado más de 200 efectivos adicionales y se siguen pistas en Houston, Atlanta, Tampa y en países como Egipto o Canadá
Además, según la información facilitada por el subdirector adjunto del FBI, a los agentes especiales y al personal que se encuentra en Luisiana (estado al que pertenece Nueva Orleans) «se han sumado más de 200 efectivos adicionales para ayudar en la investigación y apoyar a las víctimas».
Entre ellos se encuentran analistas de Inteligencia, personal especializado en la gestión de crisis, y técnicos en recogida y análisis de pruebas. También se han dictado órdenes para ejecutar entradas y registros, y, según el agente especial que está dirigiendo los trabajos de campo en Nueva Orleans, Lyonel Myrthil, se están siguiendo pistas en Houston (Texas), Atlanta (Georgia), Tampa (Florida) y también a nivel internacional.
El FBI tiene constancia de que el terrorista de Nueva Orleans viajó a El Cairo (Egipto) desde el 22 de junio hasta el 3 de julio de 2023; unos días después, voló a Ontario (Canadá), en concreto el 10 de julio; y regresó a Estados Unidos el 13 de julio. «Nuestros agentes están obteniendo respuestas sobre a dónde fue, con quién se reunió y cómo esos viajes pueden o no relacionarse con sus acciones aquí en Nueva Orleans», detallaba Lyonel Myrthil.
También se ha sabido que realizó dos viajes a Nueva Orleans en los meses previos al ataque, por lo que siguen pidiendo la colaboración ciudadana para que «cualquier persona que lo haya visto o haya interactuado con él se comunique con nosotros», concluía.