Cuando los máximos representantes de la Unión Europea presentaron en marzo de 2024 la primera Estrategia Industrial Europea de Defensa admitieron que era necesaria porque en el compromiso adoptado por la UE para apoyar militarmente a Ucrania se «había demostrado», y así lo pusieron de manifiesto, que los países europeos «no habían estado preparados» para ello.
La guerra entre Rusia y Ucrania puso en evidencia la falta de recursos de armamento y material que tenía Europa para responder a ese tipo de desafíos. De ahí que con la nueva Estrategia pretendiesen, no sólo incrementar la capacidad de la industria europea de Defensa para apoyar a Ucrania; también que las naciones del Viejo Continente no se quedasen sin recursos críticos (como ocurrió) para garantizar la defensa de sus propios territorios y de sus ciudadanos.
En esta nueva estrategia, el foco de atención se situó sobre las empresas del sector, pero también sobre los estados miembros de la UE (que tienen adquirido un compromiso con la OTAN para incrementar sus presupuestos de Defensa hasta el 2 %) y sus respectivos ministerios de Defensa. De hecho, entre las principales líneas de actuación (que deben implantarse hasta 2035) se encuentran cuatro:
1.- Reforzar la base tecnológica e industrial de la defensa europea mediante una mayor colaboración y una mayor inversión europea por parte de los estados miembros.
2.- Mejorar la capacidad de respuesta de la industria europea de defensa en cualquier circunstancia y horizonte temporal.
3.- Integrar una cultura de preparación para la defensa, también en todas las políticas de la UE.
4.- Y colaborar con socios estratégicos a todos los niveles a nivel internacional.
La industria armamentística europea se queda rezagada en el crecimiento de ingresos respecto al resto del mundo
Pero, sentadas estas bases, está claro que todavía queda mucho camino por recorrer, al menos para las empresas del sector que tienen sus sedes en territorio europeo. Y así se desprende del ranking elaborado por el SIPRI (el prestigioso think tank con sede en Estocolmo) de las 100 compañías armamentísticas más importantes del panorama mundial.
En él se pone de manifiesto que las 27 empresas con sede en Europa (excluyendo a Rusia) que están incluidas en el ranking «tuvieron ingresos por ventas de armamento relativamente bajos en 2023, a pesar del aumento significativo de nuevos pedidos», según Lorenzo Scarazzato, investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI.
De hecho, esas 27 empresas alcanzaron ingresos por valor de 133.000 millones de dólares (algo más de 128.000 millones de euros al tipo de cambio actual), lo que representó un incremento de tan sólo el 0,2 % respecto al año anterior. Incremento que es «el más bajo registrado en cualquier región del mundo».
Y todo ello a pesar de que algunas de esas empresas registraron un crecimiento sustancial en sus ingresos gracias a la demanda vinculada a la guerra en Ucrania (por la venta de municiones, artillería, y sistemas de defensa aérea y terrestre, principalmente).
Sólo una española (Navantia) en el Top 100 de las empresas de Defensa más importantes a nivel mundial
Por países, las 27 empresas con sede en Europa que han logrado hacerse un hueco en el Top 100 del SIPRI son: 7 de Reino Unido; 5 de Francia; 4 de Alemania; 3 con sede en Europa y otros países; 2 de Italia; 1 de Suecia; 1 de Noruega; 1 de España; 1 de Polonia; 1 de la República Checa; y 1 de Ucrania. De este ranking se pueden analizar varios aspectos:
- Que sólo hay una empresa española entre las 100 compañías más importantes del sector de la Defensa a nivel mundial: Navantia, que, aunque se encuentra en el puesto número 88, ha escalado 6 posiciones respecto al ranking anterior y en 2023 vio incrementados sus ingresos en un 13,3 %, alcanzando los 1.190 millones de dólares (alrededor de 1.150 millones de euros) en ventas de armamento durante el periodo analizado.
- Que algunas de estas empresas han experimentado importantes caídas en sus ingresos. Tal es el caso de la francesa Dassault Aviation (con un descenso del 40,8 %), la italiana Leonardo (11,4 %), la francesa Naval Group (6,4 %) o la alemana ThyssenKrupp (5,7 %).
- Que, aunque algunas compañías con sede en Europa lograron grandes crecimientos en sus cifras de venta de armamento (como la alemana Diehl, con un 29,8 %, o Czechoslovak Group, con un 25,3 %), otras como como la francesa Thales (con un 2,4 %) o la británica BAE Systems (con un 2,3 %) tuvieron crecimientos más discretos.
- Que los 128.000 millones de euros de ingresos que obtuvieron las 27 empresas con sede en Europa se asimilan, aunque algo por debajo, a los que consiguieron las 23 empresas con sede en Asia que están en el ranking del SIPRI.
- Y que, de las empresas con sede en Europa, la primera que aparece en el ranking es la británica BAE Systems, que mantiene la sexta posición del año 2022, y después se encuentran Airbus (que escala dos puestos y se sitúa la 12ª) y Leonardo (que sube un puesto hasta la 13ª posición).
Las cifras no dejan en buen lugar ni a la industria europea de Defensa ni a las empresas del sector en España
En la comparativa con el resto del mundo, las cifras son abrumadoras, y no dejan precisamente en buen lugar ni a la industria europea de Defensa ni a las empresas del sector en España, exceptuando el caso de Navantia.
- Las 41 empresas con sede en Estados Unidos incluidas en el ranking de las 100 principales registraron unos ingresos por armas de 317.000 millones de dólares (algo más de 306.000 millones de euros), la mitad del total de ingresos por armas del Top 100 del SIPRI y un 2,5 % más que en 2022.
- Desde 2018, las cinco primeras empresas del ranking tienen su sede en Estados Unidos: Lockheed Martin, RTX, Northrop Grumman, Boeing y General Dynamics, aunque no todas ellas han visto incrementados sus ingresos. De hecho, tan sólo tres lo han logrado (Northrop Grumman, Boeing y General Dynamics) y en porcentajes que no superan el 6%.
- Y del total de empresas analizadas por el SIPRI a nivel mundial, las que más crecieron fueron: la multinacional japonesa NEC Corp (con un 83,9 %); la también japonesa Mitsubishi Electric (con un 69,4 %); el conglomerado industrial de Defensa ucraniano JSC Ukrainian Defense Industry (con un 68,7 %); la agrupación de empresas surcoreana Hanwha Group (con un incremento del 52,7 %); la japonesa Fujitsu (con un 50,4 %); la corporación estatal rusa Rostec (con un 49,3 %); la industria aeroespacial de Turquía (45,3 %); y la industria Aeroespacial de Corea del Sur (con un 44,9 %).
Otras consideraciones del ranking del SIPRI
Aunque un análisis profundo el ranking elaborado por el SIPRI arroja muchas más conclusiones, otras consideraciones que invitan a la reflexión podrían resumirse en los siguientes apartados:
- El aumento de los ingresos por armas fueron especialmente destacados entre las empresas con sede en Rusia y Oriente Medio.
- En general, los productores más pequeños demostraron una mayor capacidad para adaptarse a la nueva demanda vinculada a las guerras en Gaza y Ucrania, el aumento de las tensiones en Asia Oriental y los programas de rearme en otras regiones.
- Casi tres cuartas partes de las empresas incrementaron sus ingresos por armas respecto al año anterior, pero llama la atención el cambio de tendencia que se observa en grandes multinacionales con sede en Europa como Leonardo (con un descenso en ventas del 11,4 %) o Airbus (con una ligera caída del 1,5 %).
«Europa no puede esperar más para producir más y más rápido»
Volviendo al inicio, cuando se presentó la primera Estrategia Industrial Europea de Defensa el entonces comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, advirtió de la necesidad de un compromiso firme de los países europeos para incrementar sus presupuestos de Defensa (en la misma línea de lo que demanda la OTAN a sus estados miembros).
Pero también avisó de que, «con el regreso de los conflictos de alta intensidad», Europa no podía «esperar más para fortalecer la capacidad tecnológica e industrial de la base industrial de defensa europea para producir más y más rápido«.
El lastre de muchas empresas es que «los sistemas de armas complejos tienen plazos de producción más largos», según el investigador del SIPRI Lorenzo Scarazzato, «y las empresas que los producen -puntualiza- reaccionan de forma más lenta a los cambios en la demanda».
Está por ver si esos plazos en la producción se pueden ajustar a las necesidades perentorias que demandan los Ejércitos europeos para hacer frente a las amenazas cambiantes del panorama geoestratégico en el Viejo Continente y a nivel mundial.
A modo de conclusión, una frase del que fuera alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell: «Una industria europea de defensa fuerte, resiliente y competitiva es un imperativo estratégico y una condición previa para mejorar nuestra preparación en materia de defensa».
Nota de Redacción: ésta es la Parte I de una serie de análisis que se irán efectuando a lo largo del año sobre la industria de Defensa europea y, principalmente, sobre el posicionamiento de las empresas del sector en España.