La canciller alemana Ángela Merkel se encuentra de viaje no oficial con su marido, el químico Joachim Sauer. La pareja decidió viajar al lugar al que van siempre desde hace ya más de diez años en los días de Pascua, para descansar en la misma habitación de su frecuentado hotel Sant'Angelo, en la isla de Ischia. Y es que aunque una portavoz del gobierno había informado el pasado viernes que la canciller saldría de Berlín por 'algunos días', se negó a dar más detalles.
La prensa alemana ya apostaba a que Merkel y su esposo volverían, para no variar, a la isla de Ischia. Pero nuestra sorpresa fue cuando, antes de ir a este destino, les vimos inesperadamente visitando las ruinas arqueológicas de Pompeya, en Nápoles, donde fueron fotografiados mientras recorrían el lugar. Nadie sabe quién avisó a los paparazzis de la presencia de Merkel pero ella y su marido disfrutaron de su paseo, por donde caminaron durante tres horas y media observando todos y cada uno de los detalles de esta joya histórica.
Según la agencia ANSA, señalada por los medios alemanes, la canciller pagó de su propio bolsillo la entrada de acceso a las ruinas para ella, su esposo y los guardaespaldas. Una vez finalizado el tour por la zona de excavaciones, la alemana comió en un restaurante de la ciudad de Pompeya para poco después dirigirse a Ischia. A su salida, la dirigente germana saludó a un grupo de turistas que la reconoció.