Isabel Preysler consiguió acaparar todos los flashes a su llegada a la fiesta que celebraba ayer Vanity Fair en el hotel Santo Mauro de Madrid. Sin duda fue la protagonista de la noche -y no solo por su belleza- ya que Isabel lleva varios meses retirada de la vida pública y dedicada a los cuidados de su marido, Miguel Boyer, pero parece que ahora vuelven a ser cada vez más frecuentes sus salidas.
La exmujer de Julio Iglesias lucía un espectacular vestido granate con encajes en negro que tapaba la parte del pecho y sus brazos. El vestido lo acompañó con un elegante recogido, dejando ver de esta forma los detalles del vestido.
Por primera vez, la reina de corazones se pronunció sobre los rumores que relacionan sentimentalmente a su hija Tamara con Enrique Solís, hijo de Carmen Tello. Isabel no dice que ambos sean algo más que amigos, pero del mismo modo que suele opinar sobre las parejas de sus hijos, también lo hizo en esta ocasión «es un chico estupendo, simpático y muy buen amigo de Tamara».