En los últimos años, la justicia tiene colapso de famosos en los juzgados. Las denuncias por conducir ebrios, consumir cocaína o hurtos ‘sin querer’ suben como la espuma entre las celebritys. Parece que se aburren en casa y deciden evadirse, a veces demasiado, y protagonizar escándalos que trascienden a los medios de comunicación.
La actriz Lindsay Lohan ha dado un cambio radical a su vida desde que saltara a la pantalla como chica Disney. Era una niña más con un sueño, el de ser actriz, pero nunca pensó en cuáles serían las consecuencias de su deseo. Drogas, alcohol y cárcel, esos fueron los siguientes años a su debut cinematográfico. Después de haber protagonizado diversos encontronazos con la ley debido a sus adicciones, ahora quiere ‘reinsertarse’ y Oprah Winfrey será su ‘ángel de la guarda’. Un reality de su vida le servirá a la pelirroja para enseñar al mundo que quiere rehabilitarse y ser otra persona. ¿Lo conseguirá?
Otra que una vez muerta siguió suscitando polémica fue Amy Winehouse, la reina del cardado. Sus evidentes problemas con la bebida y las drogas ya presagiaban un final fatal no muy lejano a causa de éstas. En numerosas ocasiones, su consumo la llevó a cancelar algunos conciertos o si se presentaba, lo hacía en condiciones lamentables y sin apenas vocalizar. Su posesión de ‘sustancias nocivas’ no pasó desapercibida para las autoridades, que la citaron a declarar acusada de posesión de estupefacientes. Ahora su exmarido, Blake Fielder-Civil, se arrepiente de haberla iniciado en este mundo. En este caso, ya no vale el dicho ‘más vale tarde que nunca’.
Otra conocida actriz que llevó hasta el extremo su alcoholismo fue Mischa Barton, la ‘inocente’ Marissa de la serie ‘The O.C’. Fue detenida en 2007 por posesión de drogas, conducir borracha y por poseer un permiso de circulación no válido. El juez le impuso un condena de tres años y aunque ha hecho varios intentos por dejarlo, su adicción es más fuerte que ella. Algo parecido a lo que siente Kate Moss por las sustancias tóxicas. Un vídeo en el que aparecía esnifando fue motivo de la llamada del juez, aunque finalmente fueron retirados los cargos.
También las hay con la mano muy larga, como Winona Ryder. Todo ocurrió el 12 de diciembre de 2001, cuando la actriz entró en la boutique neoyorquina ‘Saks Fifth Avenue’. Poco después, apareció por la puerta llevando un ‘botín’ valorado en más de 5.000 dólares y por el que fue condenada a tres años de libertad condicional y al pago de 6.355 dólares al establecimiento. Su cleptomanía le llevó a declarar años después que no se sentía culpable porque no había hecho daño a nadie.
En cambio, Britney Spears y Naomi Campbell son más conocidas por su agresividad. La primera y según el portal TMZ.com, habría protagonizado en 2008 un escándalo familiar “bajo la influencia de alguna sustancia”, que llevó a la Policía a presentarse en su casa. Años antes ya había sido pillada conduciendo con su hijo de cinco meses en las rodillas, algo que tuvo que explicar ante la Justicia. Por su parte, la top model es conocida por su fuerte carácter. En 2006 ya agredió a un asistente y dos años después, protagonizó otro altercado con unos policías en Londres.
¿Será el estrés al que están sometidas la causa de sus adicciones y su mal carácter? ¿O es que tienen tanto dinero que ya no saben en qué invertirlo? Que se lo pregunten a la Justicia.