Sus Majestades ofrecieron anoche el primer cóctel en el Palacio de la Almudaina. A su llegada, fueron recibidos por el presidente del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri, y la delegada de Patrimonio Nacional en el Palacio Real de La Almudaina, Mercedes Conrado.
A continuación, se situaron junto a la Escalera Real, donde recibieron el saludo del presidente de las Illes Balears, José Ramón Bauzá; la presidenta del Parlamento de las Illes Balears, Margalida Durán; la delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma de las Illes Balears, Teresa Palmer; el alcalde de Palma de Mallorca, Mateo Isern; el comandante general de Baleares, general de división Casimiro Sanjuán; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears, Antonio José Terrasa; el fiscal superior de la Fiscalía de la Comunidad Autónoma de las Illes Balears, Bartolomé Barceló, y la presidenta del Consell de Mallorca, así como el resto de autoridades e invitados.
Estrellas de fama como el extenista Carlos Moyá con su mujer Carolina Cerezuela, la escritora Carme Riera o el cantante de ópera Joan Pons, coincidieron con importantes agentes sociales casi en el anonimato. No faltaron los sindicatos, con Manuel Pelarda de UGT (sin corbata) y Katiana Vicens de CCOO.
Los deportistas de rango en vela, gimnasia y natación coincidieron con una significativa presencia de fundaciones asistenciales, ONG solidarias y un grupo de activistas ecologistas. Dirigentes de partidos y líderes de los sindicatos alternaron con jefes de las patronales y de cámaras de comercio. No faltó la élite de los hoteleros, los propietarios de marcas turísticas que son multinacionales desde Baleares: Simón Pedro Barceló, Gabriel Escarrer, Abel Matutes, José Hidalgo, Carmen Riu.
Asimismo, el colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Baleares estuvo presente en dicha recepción, hecho que ha sido calificado por el presidente de Ben Amics, Jan Gómez, de histórico. Una vez finalizados los saludos, los Reyes y la Reina Doña Sofía se dirigieron al Salón Gótico, donde tuvo lugar la recepción. Una vez más, Doña Letizia iba muy elegante con un vestido blanco asimétrico.