Ayer conocíamos de primera mano a través de Lydia Lozano, que José Fernando, el hijo de José Ortega Cano había ingresado en la clínica López Ibor.
La vida de derroche que ha llevado, -el que podría ser el protagonista de la parábola del hijo pródigo- ha hecho que perdiera gran parte del dinero de la herencia que le dejó con tanto esfuerzo trabajado, la gran Rocío Jurado.
Jose Fernando se llegó a comprar unas lentillas azules para estar con una chica que le gustaban con ojos de ese color.
El hijo adoptado de la 'Más grande' y del torero, ha gastado dinero a espuertas en una vida frenética de poca monta, ya que ni se lo ha gastado derrochándolo ni en unos buenos estudios, ni en ningún negocio, ni en una buena casa, ni en un buen coche, ni viajando, sino en un radio de unos cuantos kilómetros del periplo andaluz donde vive rodeado de «amigos» al olor del dinero que muchos o todos desaparecerán a las primeras de cambio.
Las malas amistades le han vuelto a pasar factura -aunque el ya es mayorcito como para saber distinguir entre el bien y el mal- tras su ingreso en prisión por atracar y pegar a un chico en plena calle. Aunque entonó arrepentido el mea culpa, poco le duró y volvió a las andadas saliendo y «disfrutando» (si es que se puede llamar así) de salidas y entradas por Castilblanco de los Arroyos que según parte del pueblo sufren «al Orteguita y amigos».
Los vecinos del pueblo, hartos de Orteguita y amigos
Los vecinos del pueblo, que siempre han llevado bien a gala que la Jurado y Ortega tuvieran la finca de Yerbabuena, ven empañado el nombre de su pueblo por las andanzas de estos chicos que no tienen miramientos, especialmente, cuando se encuentran bajos los efluvios de distintas bebidas y sustancias.
El pueblo lo tiene claro: «Si venís a por él para llevároslo, es lo mejor que nos puede pasar».
Tocó fondo cuando sus amigos le intentaron robar
José Fernando tocó fondo cuando hace dos semanas intentó conseguir dinero del banco. Al salir los amigos intentaron robarle y tal fue la pelea que tuvo que intervenir la policía, según ha podido saber Carmen Pardo colaboradora de Espejo Público.
Esperemos que este tratamiento le sirva para recuperarse y tener una nueva vida.