Nadie parece entender muy bien en el estado de Tennessee lo ocurrido con Brittany Marie West, una joven de 21 años que se gana la vida ejerciendo de «stripper» y que ahora está detenida acusada de haber dejado morir a uno de sus hijos.
En concreto se le acusa de negligencia infantil y asesinato de su segundo hijo, que tan sólo tenía dos meses de vida cuando falleció. Ahora, diez meses después de lo ocurrido, se ha confirmado que la causa no fue la «muerte súbita» sino que fue causada por hambre y deshidratación.
Así lo ha desvelado la segunda autopsia al bebé, donde se ha confirmado que Anakin Leroy murió por falta de alimento y por deshidratación. Hay que destacar que en el momento de nacer pesó 2,800 kilos, y cuando falleció pesaba sólo 2,200 kilos.
La joven estadounidense, que tiene otra hija de dos años de edad, que en estos momentos está a cargo de los Servicios Sociales de Tennessee, y que está embarazada de 24 semanas, está detenida en la Comisaría del Condado de Rutherford, y su fianza es de 100.000 euros a la espera de un juicio que se celebrará el 17 de febrero.
La actual pareja de Brittany, Michael Withers, que no es el padre del bebé fallecido, fue quien encontró al pequeño en el apartamento y llamó al servicio de emergencias. Según él, «pensábamos que había fallecido por muerte súbita, nunca me imaginé esto».
El ex-novio de la detenida, y padre del bebé fallecido, no está acusado de ningún delito y ahora dice que su única prioridad ahora es «conseguir la custodia del niño que está esperando Brittany -del cual sí es el padre- y hacerme cargo de él».