Lo que podría haber sido todo un «planazo», pues pocas veces una rubia «maciza» se interesa por alguien «del montón», terminó convirtiéndose en una auténtica pesadilla, cuando terminó sin chica y… ¡sin testículos!.
Eso es lo que le ha pasado al actor ruso Dmitry Nikolaev, un hombre casado de 30 años que, después de terminar una actuación en un teatro de Moscú, se dirigió a un bar en el que fue abordado por una despampanante rubia, con la que empezó a coquetear.
A partir de ahí lo único que recuerda es que ella le invitó a una sauna, después de besarse y tomar alguna cerveza más. Su sueño terminó en una parada de autobús, donde despertó lleno de sangre y echando únicamente en falta el móvil y algunos efectos personales.
Fue al llegar a su casa, al quitarse los pantalones, cuando descubrió que le habín robado los testículos con un corte limpio digno de un profesional. El hombre fue trasladado inmediatamente a un hospital, donde confirmaron lo apuntado, que la operación se la había practicado «alguien con conocimientos médicos». Al parecer, según varios medios locales, a él lo único que le importaba era la reaccción de su mujer.
Esa «profesionalidad» del corte ha llevado a la policía a pensar que el actor fue drogado la noche anterior, aparentemente a través de las cervezas que bebió con la mujer en el sauna, y que tras la pérdida de sus genitales estaría una banda que trafica con órganos en el mercado negro.
Según parece un 10% de los trasplantes realizados en el mundo surgen de manera ilegal -lo que contempla, además del tráfico de órganos, pagar para que una persona avance a los primeros lugares de la lista de espera de cada país-. El órgano al parecer que más se cotiza es el riñón, aunque también se ha detenido a gente involucrada en este comercio como testículos, penes, vaginas, corazones, brazos, piernas y hasta uñas y pelo.