Si se hubiera tratado de cualquier persona el acto quizás no hubiera levantado tanta polvareda como la que ha provocado que fuera un policía nacional el que meara sobre una estelada y, encima, se la pasara más tarde por el culo.
Su actuación en la localidad catalana de Calella está provocando protestas oficiales y variopintas manifestaciones desde que sucedieran los hechos en el Pub Golden Gloves, de cuyo techo había descolgado la bandera.
Al parecer, el agente, que había discutido con un grupo de jóvenes que estaban cerca del local fumando, terminó remantando la faena pasándosela por sus posaderas y huyendo con ella antes de que llegaran a la carrera los Mossos, mientras gritaba consignas antiindependentistas.
La alcaldesa de Calella, Montserrat Candini (CiU), a la que han reclamado ya varias instituciones pidiendo que interviniera en el acto, ha calificado la acción de «vergonzosa, incívica y poco respetuosa», además de dirigir una carta oficial al Director General de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, explicándole los hechos y pidiéndole que actúe en consecuencia, ya que cree que este individuo «no representa al conjunto del colectivo profesional».
En el local hasta ha habido una concentración de una treintena de personas protestando por el suceso, en un acto convocado por las entidades Plataforma Calella Decideix Independència, Assemblea Calella y la CUP que califican los hechoss de «incívicos, intolerantes, inaceptables y vergonzosos».
Al término de dicha concentración los manifestantes regalaron un orinal y tres esteladas al propietario del bar donde el policía descolgó la bandera y leyeron un comunicado en el que denunciaban el incivismo del agente.