La celebración del nuevo nacimiento real vino cargada de estilo enfocado en recuerdos de la familia. Charlotte, la protagonista del día, fue dentro de un cochecito ‘vintage’, réplica del carrito Millson que utilizó la reina Isabel II para sus dos hijos más pequeños, y portaba una copia del vestido de bautizo real usado por su hermano hace dos años, un mantillón usado por la reina Victoria para su primera hija en 1841.
La orgullosa madre, Kate Middleton, siguió fiel al que fue su diseñador en la boda y en el bautizo de su primer hijo, Alexander McQueen. Eligió llevar un abrigo-vestido de color blanco, conjuntándolos con unos zapatos y un tocado de color marfil.
El Principe Guillermo escogió un traje oscuro, mientras que su primogénito -andando agarrado de la mano de su padre- vistió un modelo réplica del que llevó el duque de Cambridge cuando fue a conocer a su hermano Harry.
Entre los invitados se encontraron los abuelos, el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, Camilla, así como los hermanos de Kate y la reina Isabel II y su esposo el príncipe Felipe. También asistieron los padrinos de la princesa recién nacida, Tom van Straubenzee y James Meade, dos compañeros de estudios y amigos de Guillermo.