La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recuerda que cada año se diagnostican en España unos 160.000 casos de cáncer de piel en el mundo, siendo el quinto tumor más frecuente en hombres y el sexto en mujeres, hasta el punto de que uno de cada cinco personas desarrollarán un tumor de este tipo a lo largo de su vida.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer que se celebra este jueves, 4 de febrero, esta entidad informa de la necesidad de hacerse chequeos ante cualquier duda que se pueda tener sobre alguna mancha o síntoma asociado, ya que «un diagnóstico prematuro es fundamental» para tener un buen pronóstico.
«Tarda tiempo en desarrollarse y es curable siempre y cuando establezcamos un diagnóstico temprano. Por tanto debemos tener claro que nadie debería morir de un cáncer de piel», ha defendido José Carlos Moreno Giménez, presidente de honor de la AEDV.
Dentro de los diferentes subtipos, el cáncer cutáneo no melanoma (CCNM) es el más frecuente, ya que de carcinoma basocelular se diagnostican 71 nuevos casos por cada 100.000 habitantes/año y del carcinoma espinocelular 20 casos por cada 100.000 habitantes/año.
El melanoma, por su parte, ha multiplicado por mil su frecuencia en los últimos 20 años pero no ha empeorado su pronóstico, ya que se ha avanzado en su diagnóstico precoz. De este modo, asegura que es el menos común de los tumores malignos cutáneos, pues representa el 4 por ciento de todos ellos, aunque es el responsable de 80 por ciento de las muertes por este tipo de cáncer.
En España, donde el melanoma es más habitual en mujeres como ocurre en el resto de Europa, cada año se diagnostican aproximadamente 3.200 nuevos, la mayoría entre los 40 y los 70 años.
Sin embargo, Moreno incide en que el diagnóstico aumenta un 7 por ciento cada año, principalmente entre los jóvenes de 25 a 29 años, relacionado directamente con la mayor exposición al sol y la utilización de métodos artificiales de bronceado como las lámparas bronceadoras, por motivos estéticos y de ocio.
Además, este experto asegura que igual que epidemiológicamente se ha demostrado la importancia de la predisposición genética en el desarrollo del cáncer cutáneo, también se ha contrastado que los factores ambientales tienen un papel muy relevante en su etiopatogenia, fundamentalmente las diferentes formas de exposición ultravioleta.
Por lo tanto, es preciso resaltar la importancia de las medidas preventivas tanto primarias, eliminando factores de riesgo posibles, como secundarias, detección precoz, en las que intervienen profesionales sanitarios diversos, así como destacar las medidas al alcance de la población en general como, por ejemplo, la autoexploración.