martes, septiembre 24, 2024
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Una aspirante a viajar al espacio denuncia negligencias en la seguridad

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Hace unos años, era noticia que la marca Unilever organizaba un concurso para viajar al espacio, un acto promocional de su nuevo producto AXE-Apolo. Más de 17.000 personas en España se apuntaron para alcanzar el sueño de viajar al espacio. Tras la celebración del evento no se volvió a saber más sobre sus candidatos o el ganador.

Tres años más tarde, una participante, Yaiza Schmöhe, ha creado la petición en la plataforma change.org: “Jamás pensé que participar en un concurso organizado por la renombrada marca AXE destrozaría mi vida”. a través de la web en la que pide firmas para que la marca admita su responsabilidad. “Pido a AXE que asuma su responsabilidad y que me indemnice en compensación no sólo por todo el infierno vivido estos años, sino por tener ahora que adaptar mi vida personal y laboral a mi nueva condición de incapacitada», explica la candidata a viajar al espacio en su petición.

Tras varios meses de competición, llegaba la prueba final. Una gran fiesta en Ibiza en la que los 20 finalistas se enfrentarían a la última prueba, un 'blob-jump'. La actividad consistía en que por parejas, “teníamos que dejarnos caer desde una plataforma a un extremo de la colchoneta para que, del golpe, impulsar al “blobber” (que está sentado en el otro extremo) a varios metros de altura y, tras el vuelo, caer finalmente al agua”, explica Yaiza Schmöhe, víctima del accidente.

“Algunos de los parámetros de los ensayos se cambiaron en el último momento para dar más espectacularidad a la prueba: no sólo porque en lugar de 2 saltadores habría 3, sino porque alguien de la organización decidió subir la plataforma de salto unos metros para que los concursantes voláramos más alto”, afirma la concursante que tras realizar su salto terminó con dos huesos de la cara partidos, lesiones en cuello y rodillas y una incapacidad permanente del 48%. “48 horas después, me operaron de urgencia y me pusieron una malla de titanio bajo el ojo. Aunque no he perdido el ojo y tengo la suerte de estar viva, como secuela, me ha quedado visión doble (diplopia)”, asegura la aspirante en su petición en change.org.

La vícitima afirma que «debíamos llevar un traje de astronauta casero, que no revisaron para comprobar su seguridad, porque no tuvieron tiempo». Entre la vestimenta se incluía el casco de astronauta que «gracias al consejo de un amigo y profesor de acrobacias tuvimos la suerte de quitarnos antes del salto porque, si no, podría no estar contándolo ahora», denuncia la aspirante a viajar al espacio. Cuando llegó el momento de que Yaiza Schmöhe saltara ya se había hecho de noche, «muy espectacular sí, grandes pantallas, grandes focos que, desgraciadamente, seguían al concursante en su salvaje vuelo, cegándolo, imposibilitándole ver la superficie del agua para protegerse del impacto, porque, a pesar de tanto foco, habían olvidado iluminar lo más importante para la seguridad del concursante: el área de impacto», acusa la concursante.

Yaiza afirma que la organización sólo le ofreció unos ibuprofenos, “tuve que ir en taxi al hospital más cercano, donde me sorprendió encontrar a otros concursantes lesionados. Yo había sido la última en saltar ¿Por qué no nos avisaron ni pararon el concurso cuando se lesionó el primero?, se pregunta la concursante.

La aspirante al espacio ha denunciado en varios medios de comunicación y ha llevado a cabo una querella interpuesta por un delito de lesiones por imprudencia, pero no obtiene solución.  

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