martes, septiembre 24, 2024
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La apología de machismo y la violencia de género en el reggaetón

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Los mensajes machistas, misóginos y humillantes para las mujeres abundan en las letras del reggaetón, el género de música latina que se puso tan de moda en España hace aproximadamente una década. Esta semana, desde la plataforma Change.org, se ha lanzado una petición para retirar del mercado un tema especialmente ofensivo del cantante Maluma titulado ‘Cuatro Babys’. En él se sueltan perlas tales como «Estoy enamorado de cuatro babies, siempre me dan lo que quiero, chingan cuando yo les digo, ninguna me pone pero«, «Tengo una chiquitita nalgona con el pelo corto, me dice papi vente adentro si me preña», o «La primera se desespera, se encojona si se lo echo afuera, la segunda tiene la funda, y me paga pa' que se lo hunda».

Mensajes espeluznantes que han sido denunciados a través de este portal, en el que se especifica: “La figura de la mujer aparece representada como un ente sin valor, ni poder de decisión, que únicamente existe para complacer las necesidades físicas de un grupo de viriles muchachotes con dinero. Ellas no eligen, son elegidas única y exclusivamente por sus virtudes sexuales ”, señala la petición. Por su parte, el colombiano ha colgado un mensaje en su cuenta de ‘Instagram’con el que ha intentado defenderse de las críticas: “Por una cosa o la otra siempre te van a juzgar, solo haz lo que te salga del corazón, lo que te haga feliz. Si hablaron de Jesucristo por qué te sorprendes cuando hablan de ti?”.

 

 

Maluma no es el único artista musical que ha normalizado la violencia de género en sus sencillos. Por ejemplo, en el tema ‘Contra la pared’ de Jiggi Drama, una de sus frases estelares es “Si sigues con esa actitud voy a violarte”. También la canción ‘Fuiste mía’, de Gerardo Diego, acabó con la detención del mismo acusado de “apología al delito” por las escenas de asesinato y tortura a la actriz que finge ser su pareja en el videoclip.

 

 

En ‘Impacto’, de Daddy Yankee, se escucha claramente: “Eso lo quiero ver, qué pasa cuando le pego duro contra la pared”. Mr. Fox, en ‘Yo le doy por el suyo’, también continúa en la misma línea: “En mi cama yo la meto por el centro, yo la agarro y la someto por el suyo”. Machismo e incitación a la violencia por doquier, como en ‘Agárrala, pégala, azótala’ de Trebol Clan, que con el título ya lo dice todo.

 

 

La activista colombiana Lineyl Ibáñez, impulsora de la campaña ‘Usa la razón’, que busca exponer las letras de este género, declaró que con este tipo de música “se normaliza una situación que es violenta, que es bastante agresiva”. Además, apostilla: “Escuchamos todo el tiempo un bombardeo hacia las mujeres, se vuelve una costumbre y se normaliza. Que te estén tratando de perra, que te voy coger del pelo, que te voy a hacer, que te voy a violar, se vuelve algo cotidiano”.

Saúl Escalona, autor del libro ‘De la salsa al reggaetón, un fenómeno social’, opina que “los cantantes se valen del machismo porque no pueden alcanzar la seducción de una mujer con sus palabras, por eso las agreden, las presentan como sumisas a través de su discurso”.

Una realidad social

Marianny Sánchez, investigadora del grupo Espacialidades Feministas de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, sostiene que el reggaetón “triunfa porque no muestra nada nuevo, nada que no exista. Toma un fenómeno social que es el machismo y le da forma de música, de entretenimiento, de producto que la gente consume y aplaude sin postura crítica”.

“Ese mensaje ya está, es parte de lo que somos, sólo que la industria musical le da forma, lo fetichiza, lo muestra como una caja negra. Hay que ver cómo nos aproximamos para preguntarnos qué tan parte del problema y la solución somos, y de qué manera es posible revertir ese ejercicio, más allá de señalar a los medios como los únicos responsables de promover la violencia”, sostiene.

Por otra parte, en una entrevista que recoge el diatio ‘El País’, el musicólogo Víctor Lenore advierte que ese señalamiento contra el reggaetón está permeado por el clasismo: «Pienso que es una música machista, pero no más que Dylan, Serrat o Sabina, que reducen a la mujer al papel de musa o de alivio nocturno. Que se hable de machismo en el reggaetón y no en los Rolling Stones habla a las claras de quién es la clase dominante, ya que letras como ‘Under my thumb’ o ‘Brown Sugar’, apología de la violación de esclavas, son cimas del machismo cultural”.

En definitiva, este lastre social se ha convertido en un problema al que, por desgracia, muchas mujeres se enfrentan a diario. Por ejemplo, en México el promedio de muertes al día por violencia machista es de siete, una cifra muy alta que se ve incrementada gracias, en parte, a este tipo de mensajes que se convierten en éxitos mundiales.  

Ana P. Cabrero

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