lunes, noviembre 25, 2024
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El arte de ‘El Tumbaíto’: «He introducido el chino mandarín en el flamenco»

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A Alejandro Sánchez Bermejo, de 37 años, todo el mundo le conoce como 'Tumbaíto'. Este tarraconense afincado en Zaragoza tiene corazón andaluz, gracias a sus antepasados, todos sureños. De ahí se empapó del arte del flamenco que, como bien cuenta, le corre por las venas desde que nació. Lo de cantar en chino, toda una revolución dentro del panorama musical nacional, ya es otra parte de la historia…

-¿Hay antecedentes musicales en su familia?

Llevo el flamenco en las venas desde chiquitín, por orígenes. Hasta la fecha en casa hay cuatro generaciones, mi abuela aun sigue viva. Junto con mis hijos hacemos las cuatro generaciones. Y en casa siempre se ha cantado, desde mi abuela que aun sigue tarareando alguna coplilla. También las hermanas mayores de mi madre, que son nueve hermanos… siempre ha habido esa tradición del tema artístico. Cantaban en casa, de manera profesional no pudieron. En los años cincuenta vinieron a por mi abuela, tuvo una propuesta de un apoderado de la música, pero mis bisabuelos no la dejaron marchar. Lo mismo el pasó a una hija suya, a la mayor, la hermana mayor de mi madre. La escucharon cantar y se interesaron por ella, pero tampoco se pudo ir, porque en esa época al ser mujer poco podías decidir.

– ¿Cómo fue su comienzo?

– A mi hace tres años va a hacer ahora, en el 2014, cantando en una fiesta privada una persona se interesó por mi y a diferencia de la anécdota familiar, acabé grabando un disco en Jerez de la Frontera, que está pendiente de remasterizar. A partir de 2015, al no lanzarse ese proyecto en el que estuve trabajando año y pico entre Sevilla y Jerez, nos reinventamos en una rumba internacional, en este caso con ‘Volare’, e hicimos la versión de ‘Gipsy King’, que ellos ya se encargaron de aflamencarla en su época y por qué no darle una vuelta más de tuerca en este caso en el idioma universal, el chino mandarín.

– Y ‘El Tumbaíto’, ¿Por qué?

– Me viene desde el vientre de mi madre, desde hace de nacer incluso. La historia es la misma. Cierto que a las mujeres en estado les suele dar un sueño muy profundo, pero lo de mi madre ya era excesivo. Estaba todo el día tumbada y pasó un embarazo muy pesado. Y de ahí ‘Tumbaíto’. Mi abuela le decía: “Niña, que llevas un tumbaíto en la barriga”… ya cuando nací y me vieron la cara ya me llamaron así, de toda la vida. Mi abuelo también me llamaba ‘Chirivita’ porque siempre he sido de constitución muy delgada.

– ¿Cuáles son sus orígenes musicales?

– Por la música desde pequeñito, en la linea de percusionista, anduve en el mundo del flamenco más de 15 años tocando percusión, cuando ésta estaba muy recientemente introducida gracias a Paco de Lucía, que después de una gira en Perú trajo este instrumento. Me sirvió para conocer las bases del flamenco, las estructuras, las bases, los tiempos… Pero mi primera canción la conté a los 14 años, en unas Navidades con la familia. Hice que todos lloraran.

-¿Y por qué cambió la percusión por la canción?

– Gracias a una etapa de mi vida, en la que tuve una separación tormentosa y dolorosa… cambié el llanto por el canto. Los primeros años fueron así. Me desahogaba y ponía en calma mi interior. Encontré una medicina en el arte que me aliviaba esa sensación del pecho y esa ausencia de mis hijos a raíz de la separación que tuve hace ahora diez años.

– ¿Siempre quiso ser ‘cantaor’?

– Siempre me vi en el mundo del flamenco, porque yo adquirí con mi familia unas costumbres y una forma de vida que es la que me marcó. Siempre ha sido una atracción que he tenido ahí. Pero por desgracia, porque no se puede vivir actualmente en este país de la música lo he tenido que combinar con otros trabajos.

– ¿Y de qué otras cosas ha trabajado?

– Tengo estudios de FP1 Y FP2 en la rama del automóvil y la automoción. Así que he trabajado en concesiones de vehículos, talleres particulares, la base aérea de Zaragoza… Pero aun así yo seguía con lo mío. De hecho, tengo una anécdota, y es que me prohibieron cantar cuando estaba en BMW así que les dije que me iba. No les permití que me cortaran las alas.

– ¿Qué artistas le inspiran?

– Pues el que más, Camarón de la Isla. Es mi referente. De ahí hacia atrás muchísimos cantaores antiguos de los que beber de su fuente. En la actualidad también tenemos grandes cantantes como Pitingo, Miguel Poveda, Malú, India Martínez… Que no sean flamencos, Michael Jackson y ‘The Beatles’.

– ¿Cómo surgió lo de cantar en chino mandarín?

– Hace un año y pico, después de grabar el disco que contaba antes, pensamos en qué podíamos hacer, algo novedoso que nos diferenciara. Fue como una especie de porfía, de apuesta. Se quedó un poco como una broma que la llevamos hasta el final y lo hicimos real. Esa misma semana buscamos un traductor para que adaptara este tema, la rumba internacional ‘Volare’ en mandarín, y si el estribillo era pegadizo y estaba bien íbamos a echarlo para delante. Y así fue. Queríamos hacer algo diferente pera abrir fronteras.

– ¿Le resultó muy complicada la experiencia?

– Fácil no ha sido todo ha resultado bastante complejo puesto que una vez introducidos en la primera adaptación y viendo como era el tema… la tuvimos que grabar hasta tres veces en cabina. Como el flamenco tiende a dilatar las sílabas el significado cambiaba completamente en chino, así que nos la titaron para atrás dos veces porque solo entendían el estribillo. A la tercera tuvimos la gran suerte de dar con un gran guitarrista chino que hay en Sevilla, y a través de él y todo el equipo técnico deshilvanamos la canción entera, la volvimos a gestionar y así la hicimos perfecta. La mandamos a Beijin, Honj Konj y Shangai y ya le dieron el visto bueno. El videoclip original, que se gravó el verano pasado en la plaza de toros de las ventas, también está subtitulado en mandarín.

– ¿Ha aprendido a hablar chino o lo justo para las canciones?

– Bueno, en un principio empezamos para las canciones. Luego he estado tomando clases en chino porque fuimos a la inauguración del año nuevo chino en Madrid, que se hizo el 28 de enero en Usera. Desde final de año ya estaba tomando clases y en la actualidad sigo en ello. Aun así me han dicho que me puedo pasar así una década, es un idioma muy complejo. Una persona normalita puede hablar y escribir unos 3.000 caracteres. Ya con estudios superiores entre 4.000 y 5.000 y gente ya muy avanzada hasta 7.000. Ni ellos incluso llegan a controlar los 10.000 caracteres que tienen.

– ¿Cuáles son sus proyectos profesionales en estos momentos?

– Pues estamos en ello, se quiso valorar y no se ha podido hacer porque no hay del todo traducción y rítmicamente no suena bonito. Era ‘El toro y la luna’. En un principio reunía el sello español, aunando lo taurino con lo flamenco, que es lo que nos representa a nivel internacional. Hemos gestionado alguna otra con permisos y tal, así que de momento factor sorpresa. Hay varias propuestas encima de la mesa. Además estamos pendientes de cerrar la gira con ‘Volare’, que pretendemos iniciar a finales de abril o principios de mayo. No es tan fácil como parece, es complicado entrar de cualquier manera en el continente asiático. Entonces como somos una compañía bastante grade, somos unos 20 en el equipo y es una gira con una envergadura bastante grande y nos estamos asegurando muy mucho de hacer las cosas bien.

– ¿Y qué aceptación ha tenido en China?

– Pues en China… algo novedoso. Como aquí en España, que ningún flamenco había cantado chino mandarín. He sido el pionero.. allí en China adoran nuestra cultura, estamos muy de moda. Esto es algo anecdótico, un guiño a la comunidad china. Estaría dispuesto hasta a grabar un disco entero en chino para introducir el flamenco en su idioma. Ellos eso lo han agradecido muchísimo.

– ¿Se ve, en un futuro, viviendo en China y desarrollando allí su carrera?

– Podría caber la posibilidad. Si hay una continuidad de trabajo y de demanda allí. También anima a marcharse la situación de este país, sobre todo del ámbito cultural, en el que te ponen las cosas muy difíciles.

– ¿Se ve jubilándose mientras canta en chino?

– Pues sí, me veo jubilándome en este gremio, en la música, en esta profesión. Ya sea aquí o allí… o en ambos dos sitios y podríamos hermanar tanto España con China como China con España.

Ana P. Cabrero

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