Alarma en Alemania. La agencia federal para las redes, con sede en Bonn, ha prohibido los relojes inteligentes para niños y niñas. No sólo se ha aconsejado a los padres de los niños que ya estaban en posesión de ellos su destrucción, sino que se advierte a las escuelas que presten atención a todo el que los lleven en la muñeca, niños o adultos.
¿La razón? Serían dispositivos que hacen una escucha continua de lo que está sucediendo durante el día. En pocas palabras, se parecerían más a instrumentos de espionaje y geolocalización que juguetes. Se trata de instrumentos más destinados a tranquilizar a los padres y madres con los más altos estándares de seguridad.
La indicación autoridad alemana viene después el mes pasado BEUC, la Asociación Europea de Consumidores, impulsara una queja estrechamente relacionada con la privacidad, alegando que estos dispositivos presentan riesgos muy graves en este sentido.
Específicamente con respecto a las capacidades de seguimiento que podrían verse comprometidas y utilizadas para localizar con precisión a aquellos usan esos relojes inteligentes.
Más allá, hay una serie de otros defectos que pueden permitir tomar el control del dispositivo y encender la cámara (para aquellos que están equipados con ella) y tomar fotos. Por último, pero no menos importante, el botón S.O.S. que estos relojes usualmente disponen podría verse comprometido si los niños o niñas guardan otro número de teléfono en lugar del de sus padres.
E.D.