Las navidades, que constituyen una de las fiestas más esperadas del año, ya están por la mitad de su viaje. Durante las últimas semanas todo nuestro entorno se ha camuflado bajo la presencia de las luces, los mercadillos navideños, los villancicos y el tiempo con los seres queridos. Sin embargo, a pesar de este panorama aparentemente bonito, estas fechas esconden también prisas y agobios que se ven reflejados en las tiendas de las diferentes ciudades. Los comercios son las principales víctimas de esta temporada de fiestas ya que desde el comienzo de la campaña navideña, que se realiza con meses de antelación, viven en primera persona las ansiadas compras. Del mismo modo, los trabajadores también se enfrentan a un aumento de la jornada de trabajo, que aunque en muchas ocasiones significa un aumento de los salarios, también se traduce en largas horas de cara al público.
Al mismo tiempo, las tiendas se revisten de las largas colas que las conforman y sobre todo del considerable incremento de incidentes que se producen en esta temporada. A pesar de la situación económica de cada uno, son muchas las personas que por tradición o por el simple hecho de consumir ven en estas fechas una oportunidad para gastar más de lo habitual. El regalo idóneo siempre lleva consigo un pequeño tirón en el bolsillo. Por ello, las abundantes compras navideñas también producen que las empresas refuercen sus medidas de seguridad ante la amenaza de robos que se intensifican en estos días. También han aumentado los servicios de seguridad en la red debido a los delitos en los comercios electrónicos dónde los consumidores se encuentran a la espera de productos que nunca llegan.
Tanto los grandes almacenes como las principales calles de Madrid son el reflejo de la gran aglomeración de personas que tienen un único objetivo: las compras navideñas. Muchos turistas han optado este año por la capital como lugar de visita, por lo que a su paso invierten grandes cantidades de dinero en sus compras. Debido al incremento de ventas, nuestra ciudad «no descansa» y todos los establecimientos permanecen abiertos durante todos los días, algunos de ellos como el 5 de enero, víspera de Reyes, hasta altas horas de la noche. Llegados a este punto, ¿los empleados de los comercios también disfrutan 'la magia' de la navidad?
Tanto la capital como el resto de las ciudades viven días de continuo movimiento. Las calles se llenan de aquellos que disfrutan de su tiempo libre, pero también y en su gran mayoría de quiénes a pesar de ser épocas de festividad acuden a sus trabajos como un día más. Entre todos los trabajadores, destacan aquellos que trabajan en los comercios debido a que sufren más cambios. Además de estar sometidos a largas horas de trabajo que parece que nunca acaban, sus horarios se amplían con el fin de cubrir las necesidades de todos los consumidores. El aumento de ventas requiere de más personal pero en la mayoría de comercios, entre ellos los grandes almacenes, por falta de recursos atribuyen horas extra a los trabajadores habituales. A pesar de que las empresas también contratan a personal para cubrir esta temporada del año tan intensa, no es suficiente. El trabajo constante y las abundantes compras se enfrentan con el tiempo de los empleados.
La mayoría de los empleados no libran en estas fiestas, solo los festivos, por lo que acumulan ya no solo más cansancio sino también un incremento de la desmotivación. En algunas empresas, por tradición obsequian a sus empleados con la conocida ‘cesta de navidad’ como muestra del reconocimiento hacia su trabajo. Sin embargo, muchas empresas han dejado de darlas por la situación económica de la empresa y esto ha provocado un cierto descontento, sobre todo entre los trabajadores más veteranos que han aportado su trabajo a lo largo de sus vida laboral. En ocasiones, el deseo de un incremento de las ventas hace que los dueños de las empresas dejen de tener en cuenta todo lo que esto lleva detrás.
Otro de los aspectos que han provocado la desmotivación del personal es que se han reducido tanto los salarios como las pagas que recibían en esta temporada de alto consumo. Algunos sectores son los que más se han visto afectados, por ejemplo la venta de juguetes, que alcanza altos números de ventas entre los meses de diciembre y enero. En España este sector entra en auge con la llegada del Día de Reyes. Las altas ventas llevaban consigo un sueldo acorde con lo que se había vendido, y ahora, en muchas empresas este se ha visto reducido.
Ya no solo son protagonistas de los comercios las navidades, sino sus consiguientes rebajas. Muchos de los trabajadores que se han esforzado durante todas las fiestas, continúan sin descanso su trabajo y se sumergen en uno de los retos más difíciles y esperados sin embargo por los consumidores: las rebajas. Viven días de grandes flujos de gente, compras constantes y sobre todo las temerosas devoluciones de todo aquello que les han regalado por navidades. Al igual que en los días propios de las navidades, sufren un cambio en los horarios, sobre todo en el día antes de implantar las rebajas al ser colocadas una vez finalizada la jornada laboral.
Cierto es que son una de las fiestas más esperadas por algunos, pero al mismo tiempo también generan un cierto rechazo por todos aquellos que dedican su trabajo sin descanso por conseguir las expectativas de sus respectivos oficios. No todo es tan bonito como parece.
Ana Paredes