«Me maldigo. Maldigo ese día. En qué mala hora fui yo allí. Ya no volveré a ir más al campo, ni me comeré un plato de paella», señala en una entrevista con el diario Sur a iniciativa propia, con el fin de trasladar un mensaje de agradecimiento a las personas que participaron en el rescate de su hijo.
Roselló no quiere que «quede la queja» de su última aparición ante los medios de comunicación, cuando reclamó más recursos para localizar a Julen, por lo que igual que salió para pedir más medios ahora quiere «hacerlo para dar las gracias».
«Nos hemos sentido muy arropados; aunque el dolor no me lo quite nadie, estaré eternamente agradecido», expresa el padre del pequeño, que asegura que él y su mujer, Vicky, se han sentido «muy arropados» y también han leído «emocionados» todos los mensajes de apoyo que les han llegado desde España y otros países.
Ambos tratan de volver lo más tarde posible al domicilio familiar, la vivienda que le cedió una tía de ella en la barriada malagueña de El Palo, a la que se trasladaron tras el fallecimiento de su primer hijo, Óliver, en 2017.
«Antes vivíamos con mi familia, pero cuando nos pasó lo de Óliver nos tuvimos que ir porque todo eran recuerdos. Y ahora igual. Entras y empiezas a ver muñecos, pelotas…Llevamos tres o cuatro días quedándonos en la de un amigo y solo vamos a la nuestra para dormir», cuenta el padre de Julen.
El cuerpo de pequeño fue rescatado la madrugada del pasado 26 de enero del pozo en el que se encontraba a más de 70 metros de profundidad tras trece días de búsqueda.
Redacción