Es lo que sostiene este sevillano, que en 1968 emigró a Nueva York y que en la actualidad es profesor de Psiquiatría en la universidad y miembro de la Academia de Medicina de la misma ciudad, un referente allí y aquí que saca nuevo libro, «Somos lo que hablamos».
Y escribe sobre este tema porque, según sostiene en el libro y cuenta en una entrevista a Efe, hablar está íntimamente relacionado con la buena salud y la satisfacción con la vida en general.
«Hablar -dice-, en cualquiera de sus formas, no sólo añade vitalidad a los años, sino también años a la vida».
P.- ¿Los españoles hablamos bien?
R.- Los españoles hablamos bien y mucho, que es muy sano. Hay muchos estudios que demuestran que la persona extrovertida habladora vive una vida mejor, con más satisfacción, más sana y vive más también. Forma parte de la personalidad de la longevidad el hablar.
P.- Y dentro de que hablemos bien, las mujeres, según dice, utilizan más palabras, hablan más, entendemos antes lo que nos dicen que los hombres. ¿Por qué?
R.- Porque las niñas tienen la zona del cerebro que regula el lenguaje más desarrollada que los niños. Luego con los años, eso va cambiando, pero lo normal, lo más general es que las niñas con cinco, seis o siete años, e incluso durante la adolescencia hablen más y tengan un vocabulario más diverso que los niños.
Además, cuando los hijos e hijas estudian vemos que en general tanto el padre como la madre se comunican con ellas especialmente en temas de emociones y personales con mas frecuencia que con ellos.
P.- Usted mantiene que los niños avanzan en su desarrollo psicológico más si están rodeados de personas que hablan y usan más variedad de palabras. A los niños ¿les podría haber pasado factura la crisis?. Lo digo porque la angustia por el trabajo podría conllevar menos comunicación.
R.- Sí. Hay numerosos estudios epidemiológicos que demuestran que niños que crecen en un ambiente parlanchín, no solo por el número de palabras, sino por la variedad, avanzan intelectualmente más rápidamente. Incluso durante la adolescencia les va mejor en los colegios porque aprenden mejor. El hecho de que crezcan en un ambiente de menos palabras, más depresivo, de más introversión, no es bueno para los niños en los primeros años de vida.
P.- En estos días en los que se acerca la campaña electoral, ¿cómo recomendaría a los políticos utilizar «la palabra» para llegar a una sociedad que en buena medida esta decepcionada con ellos?
R.- Por mi experiencia con políticos sobre todo en EEUU, donde llevo 50 años, les recomendaría que fueran optimistas, que hablen con esperanza, de la parte positiva, que si traen recuerdos del pasado que sean positivos, que den explicaciones que la gente entienda y que no lleven mucha carga de culpabilidad que tengan un elemento de esperanza importante. El optimismo la esperanza, los buenos recuerdos y ejemplos es fundamental.
P.- Los españoles dice que hablamos bien, pero ¿nos tratamos bien?
R.- Algo debemos hacer bien cuando la esperanza de vida en España es la tercera del mundo, cuando los índices de satisfacción con la vida en general en España son de los más altos del mundo.
P.- ¿Somos felices entonces?
R.- Los españoles están entre las poblaciones más satisfechas con la vida del mundo indudablemente, aunque no lo parezca en el sentido de que la queja es el instrumento fundamental. Nos quejamos, observamos los problemas y como es el tema principal de conversación pues parece que los españoles y españolas estamos preocupados con los problemas del mundo. Pero nuestra satisfacción con la vida es notable.
P.- Posiblemente sería mejor que nos tratáramos mejor nosotros mismos, ¿cómo nos hablamos?
R.- Es curioso, pasamos más tiempo hablándonos a nosotros mismos que hablando con los demás, sin embargo desde pequeños no nos enseñan a ello. Nos dicen: «Luis pide las cosas por favor, da las gracias». Nos enseñan el lenguaje social, pero el lenguaje privado hacia mí, no. Es muy importante hablarnos a nosotros mismos.
P.- ¿Cómo hablarnos bien?
R.- Háblate a ti misma como te gustaría que te hablasen los demás. Trátate razonando, sé consecuente con tus propias ideas, sé compasiva contigo misma, alégrate cuando algo sale bien, y luego aprende a hablarte a ti misma para ayudarte a tomar decisiones. El autocontrol es importante en la vida, y depende mucho del lenguaje interior.
Belén Escudero