Así lo ha advertido este miércoles la psiquiatra Julia Pizaco, coordinadora médica de la Clínica López Ibor y autora del libro «El suicidio actual», durante unas jornadas sobre «La depresión, un camino de ideas autolíticas», organizada por la asociación La Barandilla.
Cada año se suicidan en España cerca de 3.000 personas. Es la segunda causa de muerte no natural entre los jóvenes de 15 a 25 años y la sexta entre niños de 5 a 14 años.
Casos como el que se ha conocido recientemente de una adolescente de 16 años que se suicidó en Malasia después de consultar a sus seguidores de Instagram si debía quitarse la vida y un 69 % le dijese que sí, indican que «hay que tener mucho cuidado con lo que está pasando en las redes sociales», ha advertido esta experta en declaraciones a Efe.
¿Qué puede llevar a una chica a esa conducta?. «Se trata del suicidio como espectáculo, es una cuestión de exaltación de la personalidad de uno mismo, de hacer notorio su malestar, pero de una forma equivocada y acaba haciendo el efecto contrario y que al final se llegue a esas circunstancias», según la psiquiatra.
Esta acción se enmarcaría en lo que la doctora Picazo denomina «suicidio virtual», que es aquel que se difunde en forma de espectáculo a través de las redes, lo que tiene mucho que ver «con lo que algunos historiadores denominan como «sociedad postmoderna» en la que vivimos.
A su juicio, existe una «excesiva fragilidad de los vínculos humanos porque las redes sociales propician relaciones que se pueden cortar fácilmente, a veces con un simple click de un ratón».
Ese «excesivo proceso de individualización junto a la existencia de plataformas para exhibir la conducta son un caldo de cultivo perfecto para que se produzcan ese tipo de suicidios en forma de espectáculo», ha asegurado.
La psiquiatra ha querido dejar claro los beneficios de internet, «que nos ha abierto muchos caminos», pero en «algunos aspectos como en el del suicidio hay que acotar su uso de cara a una tarea preventiva».
Reconoce que no es fácil y la única manera es a través de una tarea de psicoeducación desde las familias controlando dónde se meten sus hijos en internet y el tiempo de uso, pero también en los centros de salud y las escuelas.
Y las administraciones públicas, poniendo freno a esas páginas web en las que se pueden encontrar métodos autolesivos. «La gente muchas veces consulta cómo puede suicidarse a través de internet», ha advertido.
Aunque sin dejar de lado nunca que la depresión es la principal causa de suicidio (está detrás del 90 % de los casos), Pizaco ha insistido en los factores de índole sociológico que están detrás de este fenómeno.
Por ello, ha subrayado que «lamentablemente con un fármaco antidepresivo no basta para prevenirlo», sino que «hay que ir al foco del problema y plantearse qué lleva a una persona a querer quitarse la vida».
Estrella Digital