«Estos cuatro o seis años serán determinantes», ha afirmado Ribera en una entrevista al diario El País, en la que destaca el reforzamiento del área de la biodiversidad en su cartera ministerial, elevada a rango de vicepresidencia, junto con la incorporación del reto demográfico.
La vicepresidenta ha añadido que los impactos por el cambio climático van a velocidad de vértigo y lo seguirán haciendo «si no reaccionamos» a tiempo, porque «vamos tarde y no con la intensidad que se requiere».
«Hay dos cosas que me tienen obsesionada», ha advertido la ministra; una, «los grandes incendios», como los de Portugal y Australia, y otra, el agua, porque «tenemos que estar preparados para escenarios extremos debido a que en un mismo sitio y de manera consecutiva hay demasiada agua y nada de agua».
Ribera ha calificado de «espectacular» los impactos en el litoral y ha añadido que «los asentamientos urbanos de la costa están viviendo una crisis muy complicada».
Tras los últimos temporales, como la borrasca Gloria que ha dejado olas pasando por encima de edificios de primera playa, la ministra se ha preguntado si tiene sentido volver a gastar los mismos millones en lo mismo, y si seguir haciendo restauraciones es la manera mas inteligente de abordar el problema.
«Probablemente no. Hay que empezar a trabajar en un enfoque de medio y largo plazo y eso requiere de mucho consenso», ha agregado.
En el ámbito nuclear, la ministra ha manifestado que «tenemos la responsabilidad de abordar una solución para los residuos nucleares y abrir el debate con prudencia y seriedad» respecto al desarrollo de un almacén temporal centralizado como en su día se planteó el de Villar de Cañas (Cuenca).
«La realidad mostró que la gestión del proyecto de Villar de Cañas no había sido particularmente acertada. No veo fácil que sea recuperable en ninguna circunstancia», ha afirmado la ministra.
Asimismo, ha precisado que «hay que decidir» si se instala uno, dos o tres emplazamientos para los residuos y si hay que hacerlo por regiones.
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