Lejos de los clichés del mundo nocturno y del «striptease», el «pole dance» se ha convertido en un deporte en alza y que está federado.
Esta disciplina consiste en realizar movimientos de danza y acrobacia con los que se ejercita el cuerpo sobre una barra vertical de acero que va desde el suelo hasta el techo. Además de los beneficios físicos aporta poder a las mujeres, confianza y seguridad en uno mismo así como la aceptación del cuerpo.
«Empodera a la mujer porque nos permite tener la libertad y la confianza de hacer lo que nos propongamos y demostrar que más que un baile en una discoteca se trata de un deporte», aclara a Efe Alexandra Plasencia, una joven de 23 años que lleva ya 2 años y medio practicándolo.
No solo las mujeres toman parte de ello, el «pole dance» también seduce a los hombres que se van sumando poco a poco, como es el caso de Mateo Sancho Cardiel, un periodista y escritor que empezó a practicarlo después de irse a vivir a Nueva York, y recuerda en una entrevista con Efe que le hacía sentir fuerza y masculinidad.
«Es un baile muy sensual pero sobre todo es una manera de hacer ejercicio muy completo», comenta Sancho, quien además explica que a la gente que le decía que practicaba «pole dance» se sorprendía, pero a él la cuestión de género nunca le ha importado.
«Una de las cosas que me gustaba era ver a mis compañeras liberadas sexualmente mirándose al espejo en un ambiente de libertad femenino», destaca Sancho. Algo en lo que coincide Plasencia: «se respira un tipo de ambiente en el que te liberas y conoces a ti misma y mismo. No hay ninguna discriminación y todo el mundo se puede sentir súper cómodo».
El aumento de los hombres en esta disciplina se ha notado en los últimos años, la administradora y profesora de «pole dance» en Aerial Madrid, Liza Bulnes asegura que entre el 30 y 20 % de sus alumnos son hombres.
«Va creciendo el número de personas. Además, el «pole dance» en algún momento fue como un ‘boom’ para personas que eran acróbatas pero ahora siempre hay gente que no son deportistas que quieren practicarlo», aclara Bulnes.
Se requiere de fuerza, coordinación y flexibilidad para poder realizar todas las posturas, algo que se va adquiriendo con la práctica.
«No es un ejercicio que va al volumen sino a estilizar, es un tipo de fuerza funcional con tu propio peso y un accesorio, y requiere de elasticidad y coordinación que se va adquiriendo», cuenta Bulnes, quien además explica que hay distintos tipos dentro de esta disciplina.
Y, ¿quiénes pueden practicarlo? Cualquier persona, desde los 2 años hasta los competidores de mayor edad como 70, del sexo que sea y tengan el cuerpo que tengan.
Pese al empuje y la acogida que tiene este deporte entre famosos que no dudan en compartirlo en Instagram y Twitter y los centros especializados que consiguen darle visibilidad y normalizarlo, todavía sigue habiendo gente que se arraiga a los típicos clichés del «striptease» y el mundo nocturno.
Plasencia relata haber recibido a través de las redes sociales mensajes despectivos cuando publica fotos de ella haciendo «pole dance» e incluso comentarios fuera de lugar.
«Cuando algún chico te pregunta si practicas deporte y comentas que haces ‘pole dance’ pues siempre sale el típico comentario de ‘a ver cuándo me haces un bailecito», relata la joven.
Y a raíz de estos comentarios y prejuicios, Bulnes comenta que algunas alumnas no dicen que lo practican: «Hay chicas que no dicen que van a ‘pole dance’, solo al gimnasio», explica.
El «pole dance» va mucho más allá de un baile nocturno, es un deporte inclusivo, una disciplina que supone un reto físico pero que también potencia la confianza y el autoestima en uno mismo.
«Estamos en época de romper con todos los clichés (…). El ‘pole dance’ es un arte como cualquier otro y no tiene por qué ir vinculado a la sexualidad», enfatiza Mateo Sancho.
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