El último dato diario de fallecidos (332 de ellos en la Comunidad de Madrid y 208 en Cataluña) supera a los que se habían producido los primeros cuatro días de la semana en Italia, donde hoy, sin embargo, han aumentado los decesos hasta los 969, lo que eleva a más de 9.100 el número total de muertos en ese país desde que comenzó la crisis.
CONFINAMIENTO
La aprobación por el Consejo de Ministros de la prórroga del estado de alarma, avalada por el Congreso, mantiene las medidas de restricción iniciales, aunque, como ha apuntado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, «se está valorando y está sobre la mesa la posibilidad de hacer algunas modificaciones».
La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha limitado a señalar que corresponde al Ministerio de Sanidad decidir si ve adecuado implantar para reducir los riesgos de la epidemia cualquier medida complementaria sobre la actividad o la movilidad.
El objetivo de este endurecimiento del confinamiento, ha apuntado Simón, sería dar «el último empujón» a la curva de la epidemia y garantizar que el descenso impida que «lleguemos a superar la capacidad nacional de camas de UCI», donde este viernes había ingresadas 4.156 personas de las 36.000 hospitalizadas.
Según diversos expertos, todo dependerá de que en los próximos días haya una evolución que pueda considerarse cambio de tendencia de los últimos indicadores, según los cuales sigue aumentando más despacio el número de personas infectadas (el miércoles un 20 %, el jueves un 18 y hoy el 14) y se recuperan cada vez más pacientes diagnosticados, que ya son 9.357, un 33,3 por ciento, después de sumar 2.342 nuevas altas.
“Hay que ser prudentes, pero son datos que dan ciertas esperanzas”, ha subrayado el director del Centro de Coordinación de Alertas en su comparecencia, en la que ha pedido un nuevo esfuerzo tanto a las personas que siguen manteniendo una actividad diaria fuera del domicilio, para que mantengan las distancias, como a las que continúan confinadas en sus casas, ante la detección de posibles casos internos.
SANITARIOS INFECTADOS
Fernando Simón ha reiterado que la presión sobre los hospitales, muchos de ellos al borde del límite, se producirá días después de que se alcance el conocido como pico de los contagios, y en ese escenario preocupa de manera especial el número de profesionales afectados por el COVID-19, que ya son 9.444, un 14,7 por ciento del total de infectados.
Esta cifra, que es un 75 % superior a la última disponible del pasado martes, es alta si se compara con otros países, aunque Simón ha querido puntualizar que el porcentaje respecto al total de la población afectada podría ser menor, puesto que actualmente solo se notifican los casos «básicamente» graves, si bien ha reconocido que era un dato que les preocupaba mucho.
La dotación de prendas y material adecuado de protección para médicos, enfermeras, auxiliares y celadores es objetivo prioritario desde el inicio de la crisis, pero organizaciones profesionales y sindicales de estos colectivos siguen expresando sus quejas y reivindicaciones casi a diario, también por la falta de pruebas diagnósticas.
TEST RÁPIDOS
Precisamente, el fabricante chino de los test rápidos “defectuosos” adquiridos por el Gobierno a través de un proveedor nacional ha asumido la devolución y los reemplazará en los próximos días, según ha asegurado el ministerio de Sanidad, que ha precisado que los problemas fueron detectados en una partida de 8.000 entregada el pasado fin de semana a la Comunidad de Madrid.
Estos 8.000 test formaban parte, según Sanidad, de una compra por parte del Ministerio de 640.000 pruebas de detección de coronavirus cuya totalidad no había llegado todavía a España.
«Solo habían llegado dos entregas: una primera de 8.000 y una segunda de 50.000 test que no se llegó a distribuir”, señala el Ministerio, que añade que todas fueron compradas a través de un proveedor nacional y que estaban homologadas para su compra y comercialización en toda Europa.
RESIDENCIAS DE ANCIANOS
Los test están considerados claves por la OMS para hacer frente a la pandemia, que en el caso de España está haciendo estragos en las residencias de ancianos, donde el número de fallecidos no para de crecer y, a pesar de la ausencia de datos nacionales, varias comunidades arrojan indicadores alarmantes: al menos el 63 % de todas las muertes registradas en Aragón corresponden a residencias y en Castilla y León, el 40 %.
Los datos recopilados de gobiernos autonómicos y de los propios centros muestran al menos 590 personas muertas por COVID-19 en residencias de ancianos, pero la cifra real es seguro sensiblemente mayor, porque no todos los balances están actualizados y falta información de comunidades clave, como Madrid.
Con 2.412 fallecimientos, esta región sigue liderando la trágica lista de la pandemia en España y ayer jueves indicó que desde principios de mes habían muerto 1.065 ancianos en residencias, aunque, precisaba el Gobierno madrileño, no todos esos fallecimientos pueden atribuirse al coronavirus debido a la falta de test para su detección.
En contacto con varias de las principales residencias afectadas en la Comunidad, se ha confirmado la muerte de al menos 99 ancianos y casos que dejan entrever el alcance de la crisis: 28 fallecidos en la residencia de la Santísima Virgen y San Celedonio, cerca del Santiago Bernabéu; 26 en cuatro centros del Grupo Orpea; o 17 en Monte Hermoso, también en la capital.
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