El hombre ingresó el 30 de marzo con «evidente sintomatología» de padecer el coronavirus, contagio que fue confirmado por el test, según consta en el auto del juzgado palentino facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).
El paciente solicitó el alta voluntaria, pese a las advertencias de la médica responsable, por el consiguiente peligro para la salud pública y la conveniencia de permanecer ingresado para tratamiento, por lo que el hospital puso los hechos en conocimiento del juzgado de guardia.
El juez ha ordenado la continuidad del paciente en el hospital en una situación de «emergencia sanitaria sin precedentes», asegurando que, permitir que dicha persona afectada por la COVID-19 y con evidente sintomatología pudiera salir del centro hospitalario, «entrañaría un evidente y temerario riesgo de propagación».
Y ello con el agravante de que el paciente ingresado está siguiendo el tratamiento en dicho centro con arreglo a los protocolos sanitarios y que «son de estricta observancia a tenor de las presentes circunstancias».
El juez recuerda que las autoridades sanitarias competentes pueden adoptar medidas de hospitalización «cuando se aprecien indicios racionales que permitan suponer la existencia de peligro para la salud de la población» y que los juzgados de lo Contencioso-Administrativo pueden autorizar o ratificar judicialmente «las medidas que las autoridades sanitarias consideren urgentes y necesarias para la salud pública e impliquen privación o restricción de la libertad o de otro derecho fundamental».
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