El hospital ha incrementado “notablemente” sus camas de hospitalización para ofrecer la mejor atención en este periodo excepcional de demanda sanitaria que durante varias semanas ha superado “sustancialmente el millar de enfermos ingresados”.
Actualmente la frecuencia de pacientes en su Servicio de Urgencias ha caído alrededor de un 40% frente a los días de mayor demanda asistencial durante la pandemia, subraya el comunicado.
Esa situación, junto a las altas diarias, ha permitido que el número de ingresos actuales ronde los 900 pacientes y mantenga un ligero descenso continuado en los últimos días.
El Hospital Gregorio Marañón está rondando una media de 80 a 90 altas todos los días, con lo que, de mantenerse esta tendencia, el centro comenzaría a plantearse una estrategia de repliegue en ciertas áreas de hospitalización.
Para esto último es «imprescindible» mantener la tendencia actual de ligero descenso, por lo que se ruega a los ciudadanos que mantengan las medidas de confinamiento establecidas por las autoridades y extremen las medidas de prevención y contención del coronavirus.
Que las cifras comiencen a ser esperanzadoras no se pueden interpretar como que haya pasado el peligro y el alto riesgo de infección: la colaboración ciudadana sigue siendo muy necesaria.
Desde el comienzo de la pandemia, explica Jesús Millán, jefe del Servicio de Medicina Interna, el hospital ha atendido a unas 4.500 personas diagnosticadas con la COVID-19.
“Trabajamos a un ritmo de un 10/12 por ciento de altas entre pacientes ingresados”, añade el doctor en un audio remitido a los medios. La estancia media de los pacientes en el Marañón oscila entre seis y ocho días, concluye.
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