Controlar máquinas que toman la temperatura o detectan si se usa mascarilla sin acercarse al ciudadano, vigilar tornos de acceso pero desde la distancia y controlar el acceso a playas o locales, más que hacer rondas, serán algunos de los nuevos cometidos de los vigilantes según su patronal, los sindicatos y una de las grandes empresas españolas de seguridad.
Se trata de un sector con más de 80.000 profesionales -más que los aproximadamente 65.000 policías nacionales y 77.000 guardias civiles que hay en España- cuyos representantes han denunciado que no han tenido suficientes equipos de protección durante la pandemia.
Las cifras de la patronal reflejan que al menos 13 han fallecido por coronavirus y aproximadamente el 5 % se ha tenido que dar de baja.
«Los vigilantes han estado ahí, en primera línea, la sociedad lo ha visto y se ha dado un salto cualitativo», resume el responsable de este área en UGT, Diego Giráldez, que tiene claro que el sector «tendrá que transformarse y reinventarse» utilizando más las nuevas tecnologías y formando en ellas a estos profesionales.
Se está gestando «una vigilancia nueva» que requerirá incluso una nueva normativa, en palabras del presidente de la patronal Aproser, Ángel Córdoba, quien coincide con Giráldez en que «se han adelantado cambios que ya estaban en marcha».
Prosegur, primera compañía de seguridad de España y la cuarta del mundo, con 160.000 empleados en 26 países, tiene claro que la «nueva realidad» se sustentará en tecnologías que aseguren «espacios libres de COVID-19», una línea que ya demandan sus clientes, detalla el director general de Tecnología de Prosegur Seguridad, Manuel Rodríguez.
«ANTES BUSCÁBAMOS ARMAS EN MALETAS. AHORA EL ARMA LA LLEVAS DENTRO»
Los empresarios del sector están preocupados: la crisis de 2008 fue profunda y cuando aún no se habían recuperado llegó la pandemia del coronavirus, que inicialmente dejó parados a miles de vigilantes al cerrar aeropuertos, hoteles o comercios. Algunos nuevos empleos -como los generados en el hospital del Ifema- «no compensan para nada» la cifra, detalla el presidente de la patronal Aproser.
Ángel Córdoba pronostica una recuperación «muy paulatina», en paralelo a la vuelta a la nueva normalidad de los clientes, con «una vigilancia nueva» que resume: «Antes en el aeropuerto te miraban la maleta buscando un arma, y ahora el arma la llevas dentro, como en una película de guerra bacteorológica».
Prevé nuevos cometidos para los vigilantes, como asegurar que en el metro se llevan mascarillas y se mantiene la distancia entre los pasajeros, controlar aforos en locales e incluso en las playas, así como tomar la temperatura a personas o vigilar a distancia la máquina que lo hace.
Córdoba tiene claro que la crisis ha servido para que se reconozca la labor de los profesionales de la seguridad privada -considera «penoso» que no se hiciera tras los atentados del 11M- y de hecho el rey Felipe VI le llamó hace días para interesarse por la situación del sector.
UGT: NO SE PUEDE COMETER ERROR DE NO RECUPERAR EMPLEOS O BAJAR SUELDOS
El responsable de Seguridad Privada de FESMC-UGT, Diego Giráldez, destaca que desde el inicio del confinamiento la facturación ha bajado en torno a un 20%, con 42 ERTE que han afectado a unos 10.000 profesionales, y confía en que los empleos se recuperen progresivamente.
Advierte de que «no se puede caer en el error de bajar los sueldos», como pasó en la crisis de 2008, ni de permitir «intrusismos» por parte de empresas «multiservicio».
Giráldez subraya que los vigilantes «han estado ahí en plena pandemia», y se les ha podido ver en las puertas de hospitales, supermercados o medios de transporte, en ocasiones sin la protección debida, y su labor «poco reconocida» ahora sí se está valorando.
UGT pertenece al Observatorio Sectorial de la Seguridad Privada, que une a los tres sindicatos firmantes del convenio colectivo nacional (UGT, Comisiones Obreras y USO) y a la patronal, y considera esencial la formación de los vigilantes en la «nueva normalidad», y de hecho ha propuesto un nuevo acceso a esta profesión a través de la Formación Profesional.
«VIGILANTES REMOTOS» PARA ASEGURAR ENTORNOS «LIMPIOS DE COVID»
Prosegur ofrece desde hace un mes y medio a sus clientes una línea «libre de COVID» para generar «entornos seguros y de confianza» que se basa en el uso de nuevas tecnologías: cámaras termográficas que miden la temperatura al entrar a un edificio, máquinas que detectan si se lleva mascarilla o lectores de documentos identificativos, relata el directivo Manuel Rodríguez.
Estos aparatos se pueden controlar a distancia por «vigilantes remotos» que pueden visionar varios equipos a la vez y avisar por ejemplo al departamento médico de la empresa si alguien intenta acceder con fiebre. Para ello es fundamental formar a los profesionales.
Para esta compañía la seguridad privada tendrá en la nueva normalidad una «relevancia fundamental» porque se tratará fundamentalmente de vigilar la salud.
Estrella Digital