Nacido en Mataró en 1952, Cuyàs estudió historia del arte en la Universidad de Barcelona, donde coincidió con los historiadores y críticos Cirici Pellicer, Miquel Porter Moix, Oriol Martorell o Daniel Giralt-Miracle,
Comenzó trabajando como gestor cultural en el ayuntamiento de su ciudad natal, antes de colaborar con la Olimpiada Cultural entre 1983 y 1992.
Fue cofundador de las revistas «El Maresme», «Mataró Escrit» y a partir de 1987 comenzó su etapa en la cabecera de El Punt, hasta que en 1995 se hizo cargo de la edición de este diario en la comarca de El Maresme, y desde 2001 como director adjunto de la edición Catalunya.
Se forjó como periodista, según él mismo reconoció en más de una entrevista, en el diario Tele/eXprés, donde siendo joven coincidió con «periodistas extraordinarios», dirigidos por Ibáñez Escofet, como Vázquez Montalbán, Joan de Sagarra, Joaquim Ibarz o Ramon Pi, una experiencia que marcó la vocación de Cuyàs.
«Yo me quería expresar, decir cosas, pero no sabía que sería a través del periodismo, creía que sería con el cine», reconoció en alguna ocasión Manuel Cuyàs.
De su padre, que era dibujante, aprendió que las cosas que se explican han de ser visuales, se deben poder ver.
Cuyàs destacó también como escritor de numerosos libros vinculados a su comarca y a su Mataró natal, pero la mayor proyección le llegó a partir de 2007 con la publicación de la transcripción de los tres volúmenes de las memorias del presidente catalán Jordi Pujol: «Memòries I. Història d’una convicció», «Memòries II: Temps de construir» y «Memòries III: De la bonança a un repte nou», publicados entre 2007 y 2013.
Un año después de publicado el último volumen, Pujol confesó haber mantenido fondos sin regularizar en paraísos fiscales durante 34 años.
Cuyàs salió en defensa de Pujol y en unas declaraciones radiofónicas justificó la evasión fiscal de Pujol a «una distracción»: «Le han ido pasando cosas y lo ha ido dejando pasar, creo que distraído, porque él es una persona dispersa y se ha dedicado mucho a gobernar y poco a la familia».
Poco después escribió en El Punt Avui: «Pondría la mano en el fuego de que él (Pujol) no sabía nada o lo supo mucho más tarde y cuando consideró que había poco que hacer. Me pueden acusar de ingenuo o de querer justificar a la persona que me confió el contenido de unos papeles autobiográficos fundamentales, pero insisto: se ha de conocer a Jordi Pujol y su inepcia para cualquier gestión doméstica, incluida la fiduciaria».
Su último libro, aparecido en 2019, «Sota el barret», reunía algunos de sus artículos publicados en El Punt Avui.
En Su último artículo, «Dissabte al barber» (Sábado al barbero), publicado en El Punt Avui el pasado 15 de mayo, explicaba su experiencia en la barbería, en su primera visita al peluquero desde el inicio del confinamiento, un texto que despedía anunciando: «Ha llegado el momento de hacer una pausa larga. La hora del trasplante tan anunciado ya está aquí. Gracias a todos, lectores», el trasplante para curar la leucemia que sufría.
El trasplante no tuvo la evolución esperada y su salud se fue deteriorando en las últimas semanas.
El Colegio de Periodistas de Cataluña se ha mostrado «consternado» por la muerte de Cuyàs y ha expresado su más sentido pésame a su familia, amigos y compañeros.
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