Así lo ha dicho en su rueda de prensa diaria el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, en la que ha subrayado que «no está muy claro cuál podría ser el efecto final» del adelanto y hay que estar muy pendiente de los «efectos colaterales».
La vacuna de la gripe común se tiene que cambiar cada año por las modificaciones genéticas del virus, que se producen también a lo largo de la propia epidemia, lo que podría conllevar que fuera eficaz en el primer periodo del invierno, pero después bajase su efectividad.
Sin embargo, también facilitaría reducir el número de cuadros compatibles con coronavirus y, por tanto, «tendríamos menos problemas a la hora diferenciarlos y a la hora de tratar a los pacientes».
Respecto a la propia vacuna del coronavirus, el experto ha señalado que «aún no sabemos cuál será eficaz».
Preguntado por qué España ha quedado fuera del acuerdo suscrito por Italia, Alemania, Países Bajos y Francia con la sociedad AstraZeneca para el suministro de hasta 400 millones de dosis de vacunas destinadas a toda la población europea y que podrían estar preparadas a finales de año, el epidemiólogo ha contestado que «ni mucho menos» nuestro país ha quedado al margen del mismo.
«Y es muy probable que forme parte de ese grupo», ha avanzado Simón para añadir que también se integrará en «todos los que se establezcan además de la UE» porque «España está haciendo esfuerzos muy grandes conseguir estudios propios y participar» en los que se están haciendo sobre la vacuna de la covid.
En este sentido, ha explicado que conseguir una vacuna «muy, muy eficaz y que se pueda producir para todo el mundo sería lo ideal», pero «hay que ser realistas»: las primeras que lleguen no van a ser iguales que las siguientes, que probablemente serán mejores.
Final de año o principios del que viene «podrían ser fechas muy aceptables» para su llegada pero, ha advertido, «no sería prudente afirmar que estarán» para entonces.
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