«Tenemos un mundo en convulsión, con la ultraderecha organizada internacionalmente y somos su objetivo. El feminismo, las feministas, las mujeres, somos su objetivo», ha advertido durante la inauguración de la escuela feminista Maria Dolors Renau del PSC, en la que también ha intervenido la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y la diputada Sonia Sierra.
Calvo ha deplorado que las mujeres siempre han sido objeto de «discriminación, utilización, invisibilidad y ninguneo» por parte de la ultraderecha, que en estos momentos se halla «radicalizada».
Por suerte, ha continuado, esta visión mercantilista de la mujer no es hegemónica y cada vez hay más personas, también hombres, que «no entienden la vida» sin una perspectiva feminista.
En este sentido, la vicepresidenta ha sostenido que las políticas del Gobierno deben servir para rebatir los cantos de sirena del patriarcado y para «ampliar la base» del feminismo.
Esto, a su entender, solo se conseguirá si se impulsan medidas entorno a las que ya hay un gran consenso social.
«En España lo valiente es ser equilibrado, lo fácil es ser radical», ha apuntado.
Por ejemplo, Calvo ha defendido que habría que dar un mayor valor y protagonismo a ámbitos que durante la COVID-19 se ha evidenciado que son esenciales para la vida, como por ejemplo el de los cuidados, profundamente feminizado y a menudo con condiciones laborales que empobrecen a sus trabajadoras.
Eso sin descuidar la lucha contra la violencia machista, una de las mayores lacras que afectan a las mujeres.
También durante la inauguración de la escuela feminista del PSC, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha subrayado que otra de las aspiraciones del feminismo debe ser alcanzar la igualdad real.
En su opinión, no basta con que las mujeres accedan a los puestos de poder, sino que deben poder hacerlo sin que ello implique una renuncia a su vida personal.
No puede ser que una mujer deba elegir entre si próspera o es madre, ha resuelto.
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