Lo ha hecho en la segunda rueda de prensa semanal que ofrece para explicar los últimos datos de la pandemia, en la que ha dejado claro que «es muy probable» que en las empresas hortofrutícolas, en las que se han originado la mayor parte de los focos de Lleida y Aragón, vayan surgiendo otros asociados a la campaña «todo el verano, hasta septiembre o incluso octubre».
Como cualquier trabajo relacionado con la alimentación, el que desarrollan los jornaleros es «esencial», y aunque pueda implementarse alguna medida, no se pueden cerrar. «La campaña de la fruta va a seguir y podría pasar que hubiera algún brotecillo más», ha insistido.
Así, y preguntado por su opinión de emprender confinamientos domiciliarios para frenar la expansión del virus, el experto ha respondido que a él ahora mismo le «preocupan las personas que no han podido comer».
«Son medidas con un impacto socioeconómico muy importante: en muchísimos hogares españoles, el impacto no ha sido que personas de mi nivel socioeconómico no hayan hecho deporte o no han hecho negocios, sino que son personas que han perdido su trabajo, que han tenido que acudir a la beneficiencia para poder comer», ha señalado.
Y los estragos que podría tener «es especialmente grave en grupos como los temporeros, que viven día a día. Estas medias no se pueden tomar a la ligera, porque un grupo concreto me dé miedo o por un interés concreto. Se tienen que tomar porque tienen un impacto poblacional beneficioso mayor que el negativo», ha zanjado.
Sanidad tiene puesta especial atención los brotes de Lleida -que podrían ser el origen además de otros casos en el País Vasco, la Comunidad Valenciana y Aragón-, como la semana pasada la tuvo en las cuatro comarcas aragonesas que tuvieron que retroceder a la fase 2 de la desescalada.
Y aunque esta comunidad ha notificado muchos casos nuevos hoy, la realidad es que ese brote «aparentemente se ha solucionado» y esos positivos -en su inmensa mayoría asintomáticos o infecciones ya resueltas- son fruto de retrasos en la comunicación de los datos.
El Ministerio también sigue con especial énfasis la situación en Madrid y Barcelona, y por ello, ayer se reunieron con los responsables sanitarios de ambas regiones para abordar la situación epidemiológica en las dos ciudades, ya que son «nodos de comunicación muy importantes», y si «algo no va bien» en ellas, «puede generar una diseminación mucho más importante del virus».
De cerca de la mitad de los casos se conoce su origen, pero cada uno «del que no tengamos un origen» en estas capitales «será cada vez mas importante».
En Madrid hay solo un brote notificado porque solo está detectando focos familiares que no se tienen que comunicar a nivel nacional, lo cual implica que en un porcentaje de sus casos no está identificado su origen», algo que a Simón le ha causado cierta «extrañeza».
Pero la comunidad, ha añadido después, «está trabajando bien» y hay que ver «qué pasa en los próximos días».
El epidemiólogo ha resaltado además que hasta ahora se han detectado «muy pocos» positivos en fronteras, «cuatro ó cinco, dos de ellos en Madrid», con lo que «a priori no debería haber mayor problema relacionado con esto».
No obstante, sobre la mesa está hacer PCR para «vuelos concretos procedentes de países de alto riesgo», pero «se tiene que valorar con otros países».
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