Lo ha hecho en una rueda de prensa celebrada tras el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) en la que el Ministerio de Sanidad ha trasladado a las comunidades para que hagan sus aportaciones el borrador del «Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia por COVID-19».
Illa ha considerado que, dado que en esta comarca hay transmisión comunitaria, «hay que tomar medidas adicionales» y las autoridades catalanas y sus equipos jurídicos «están trabajando para buscar una salida a esta situación» después del veto judicial al confinamiento parcial que había decretado la Generalitat.
En este escenario de control de la pandemia, ha explicado, el papel «preponderante» es de las comunidades, que son las que deben tomar las decisiones que «estimen convenientes» en función de los distintos brotes, como así ha sido en de A Mariña en Lugo o en Aragón y en otros de los 120 focos activos en España.
Y en Lleida, la Generalitat ya ha tomado algunas como fue el confinamiento perimetral.
Gobierno central y autonómico están en contacto «permanente y fluido» para intercambiar información sobre la situación pero, ha insistido Illa, corresponde a Cataluña «tomar las medidas adecuadas» y al Ministerio «dar el apoyo que se nos pide».
Mientras se dilucidan las medidas definitivas que se implementarán tras la decisión de la magistrada, el ministro ha querido trasladar a los ciudadanos del Segriá el siguiente consejo, y es que «sigan las recomendaciones de las autoridades sanitarias».
«Últimamente estamos viendo imágenes que no nos gustan nada», ha censurado Illa en referencia a las celebraciones de ascenso del Cádiz a primera división. «Se pueden hacer muchas cosas pero sin perder el respeto al virus», ha zanjado.
Posteriormente, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha repetido que «la medida más eficaz» para atajar la propagación del virus es el confinamiento» porque evita el contacto y reduce al máximo los riesgos, pero cuando salta un ejemplo como el de Lleida «se contemplan diferentes alternativas».
Alternativas cuyo efecto quizá no sea tan rápido «ni dramático» pero sí «suficiente para controlarlo», y que van desde establecer horarios a limitar el tamaño de las reuniones, la apertura de negocios, etc., y que Cataluña «está valorando todo».
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