Sánchez, que contaba con 79 años de edad, nació en la localidad toledana de San Román de los Montes pero se crió y residió el resto de su vida en Talavera de la Reina, delante de cuya plaza contaba ya desde hace cinco años con un busto en su memoria, junto a los de Joselito El Gallo y Gregorio Sánchez.
Tras debutar de luces en Madridejos (Toledo) en 1960 y después de varios años como novillero, curtiéndose en los duros festejos de La Mancha y de Castilla, Raúl Sánchez tomó la alternativa en la propia Talavera el 15 de mayo de 1971, de manos de Ángel Teruel, abriendo una etapa como matador de toros no menos arriscada, en cuanto que se vio obligado a matar corridas de las ganaderías más complejas y de mayor trapío.
Con fama de valiente, «torero legionario» le llamaron, protagonizó muchas tardes heroicas en las corridas de verano de Las Ventas, donde llegó a hacer 50 paseíllos, sobreponiéndose a volteretas y cornadas en la lidia de astados de gran volumen y dificultades, lo que le convirtió en uno de los predilectos de la afición más exigente y ruidosa de la plaza madrileña durante los años setenta, en plena transición política.
Después de 18 temporadas en el escalafón mayor, Raúl Sánchez se retiró de los ruedos también en Talavera de la Reina, en 1989 y alternando con Espartaco y Litri, para dedicarse desde entonces a la organización de festejos en plazas portátiles y a ejercer de asesor de la presidencia en varias plazas toledanas, gozando en todo momento del respeto y de la admiración de las gentes del toreo.
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