La nueva tecnología ha sido desarrollada por investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).
Esta alternativa a los pesticidas químicos se basa en desarrollar unas moléculas (de ARN bicatenarios) capaces de silenciar los genes de las plagas y patógenos que afectan a las plantas.
El equipo de este instituto, coordinado por el investigador del CSIC José Antonio Darós, ha utilizado como «biofactoría» bacterias «Escherichia coli», que se utilizan como organismo «modelo» en biología molecular y que se puede cultivar y manipular de forma muy sencilla.
«Si un nematado, insecto u otro artrópodo ingiere estas moléculas puede acabar muriendo o, en el mejor de los casos, ver alterado su crecimiento. Al silenciar sus genes, la molécula puede llegar a acabar con la vida del patógeno o la plaga, o por lo menos ahuyentarla para que no elija esa planta para alimentarse», ha explicado Darós en una nota de prensa.
Estas moléculas constituyen una alternativa natural con un gran potencial frente a los pesticidas químicos, ya que se trata de una nueva generación de productos fitosanitarios respetuosa con el medio ambiente, y el problema radicaba hasta ahora en que para obtenerlo el precio era muy elevado.
«Nuestro método salva este hándicap y permite obtener estas moléculas a un coste realmente bajo, si lo comparamos con los métodos tradicionales», ha destacado Darós.
Sobre su forma de aplicación a los cultivos, el investigador ha explicado que es un campo en pleno desarrollo, y la intención es que se puedan aplicar sobre las plantas de la misma forma que se hace con otros fitosanitarios u otros reguladores del crecimiento.
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