Mientras que los gastos ocasionados por los desplazamientos de los miembros del Senado en el segundo trimestre del año, ascienden a 140.542 euros, en el mismo trimestre del año pasado la institución tuvo que abonar 320.684 euros para atender los viajes de los senadores para acudir a la Cámara desde sus circunscripciones.
Teniendo en cuenta además que este gasto ya era anormalmente bajo porque en aquel período las Cámaras estaban disueltas debido a la convocatoria de las elecciones de abril porque lo normal por este concepto es que se multiplique hasta por seis, como así lo atestiguan los 968.104 euros pagados en el segundo trimestre de 2018.
En el Congreso, a finales de agosto la institución ya publicó que los viajes de los diputados habían caído entre abril y junio hasta su menor cifra en cinco años, en concreto hasta los 253.721 euros, más de 100.000 euros de los reseñados ahora por el Senado.
En esta Cámara la actividad se suspendió a mediados de marzo, tras la activación del estado de alarma, y no se fue recuperando, gradualmente y con limitaciones de asistencia, hasta un mes más tarde.
No hubo plenos hasta que el 21 el abril se celebró una sesión de control con 34 senadores en el hemiciclo, a la cual siguió otra el 5 de mayo, y una más el 19 del mismo mes.
Mientras se reanudaba, con restricciones, la actividad de comisiones para recibir las comparecencias de los miembros del Gobierno, hubo otro pleno el 2 de junio, con aforo limitado al 30 por ciento.
Le siguió otra sesión plenaria, ya con debate legislativo, de dos jornadas, el 16 y 17 del mismo mes, que concluyó con un pleno de dos días entre el 30 de junio y el 1 de julio.
El régimen económico de transporte para los miembros de la Cámara Alta establece que el Senado cubre los gastos de desplazamiento para «el desempeño de su actividad parlamentaria», así como para actividad «de naturaleza política, sectorial o de representación institucional» y los viajes oficiales.
El Senado abona directamente el billete de avión, tren, autobús o barco o bien se lo reembolsa al senador tras la presentación de la correspondiente factura.
También disponen los senadores de una tarjeta-taxi con un crédito máximo anual de 3.000 euros para cubrir sus desplazamientos en la Comunidad de Madrid y, si se mueven en su propio vehículo para cubrir actividades parlamentarias, pueden recibir 0,25 euros por kilómetro recorrido.
Siguiendo estos parámetros, la Mesa ordena la publicación trimestral del importe global de todos los desplazamientos.
Se desglosan entre los motivados por actividad «parlamentaria», que ascendieron en el segundo trimestre del año a 121.322 euros, y «política», por valor de 4.363 euros. No hubo ningún viaje oficial y la suma por ambos conceptos alcanzó los 125.686 euros.
Pero los gastos de gestión, cancelación y cambio de billete elevan la cifra total facturada a 140.542 euros, según consta en la página web oficial de la Cámara Alta.
En el segundo trimestre del año pasado, el Senado tuvo que hacer frente por este mismo concepto a unos gastos de 320.648 euros, un importe ya de por sí reducido porque la actividad fue escasa en ese período por la disolución de las Cortes.
En años anteriores, la facturación por viajes fue mucho mayor: de 968.104 euros entre abril y junio de 2018 y de 798.113 en el mismo período de 2017, incluyendo todos los conceptos.
M.M.