En un comunicado, la asociación sostiene que, aunque es necesario abrir el debate de las armas que utilizan los mossos d’esquadra, antes hay que establecer «un verdadero mecanismo interno y externo que haga prácticamente imposible la impunidad ante un uso de la fuerza contrario a la legalidad».
Por ese motivo, pide a los grupos parlamentarios crear una comisión de estudio para proponer mecanismos con los que «prevenir, investigar y sancionar las malas praxis policiales» para evitar que el mal uso de las armas genere «daño social y daño al propio cuerpo».
Para Iridia, el problema es que los mecanismos actuales «no permiten generar una política de tolerancia cero ante usos de la fuerza contrarios a la legalidad», dado que el modelo de control interno en los Mossos «ha caducado» y debe ser actualizado «desde la voluntad política y social de acabar con la impunidad».
«En caso contrario continuarán produciéndose golpes de porra en la cabeza de los manifestantes generando lesiones graves, golpes policiales que buscan castigar en vez de dispersar o disparos de foam en la zona de la cabeza», añade el comunicado.
Ante la posibilidad de implantar métodos alternativos al foam para dispersar a manifestantes, Iridia recuerda que otras herramientas como los gases lacrimógenos, los cañones de agua, los espray pimienta o el aumento exponencial de las dotaciones de antidisturbios «pueden ser también altamente lesivas».
S.L.P.